Por Daniel Salinas Basave
Pasos de Gutenberg
Donde no estén ustedes
Horacio Castellanos Moya
Tusquets editores
Llevaba leídas apenas 62 páginas de Donde no estén ustedes de Horacio Castellanos Moya y ya entonces me quedaba claro el hecho de estar viviendo una de esas raras ocasiones en que puedo afirmar, despojado de toda pretensión, que estoy ante un gran escritor. Una pluma demencialmente maliciosa. Un narrador oscuro como el solo, profundo como un pantano de arenas movedizas. Luego de enmelcocharme con La materia del deseo, vuelvo a sentir lo que se siente estar ante una obra tatuaje.
A este autor salvadoreño lo descubrí por casualidad. No mediaba recomendación, comentario o reseña alguna sobre su obra cuando en una de tantas excursiones divagantes en busca de presas literarias, ví en la sección de novedades de la Librería El Día Arma en el hombre, título de por sí seductor cuya contraportada revelaba una obra antojable.
No me equivoqué. Con Arma en el hombre (Tusquets 2000), Castellanos retrató la imagen del criminal como un recurso u objeto siempre reciclable. El crimen organizado visto como una empresa capaz de mutar su giro de un día para otro, en busca siempre de mayor rentabilidad. El resultado es una novela que tiene más muertos que páginas y en donde en cada párrafo parece haber lugar para un arma distinta.
Novela precisa, fría y contundente como el disparo de una pistola automática, Arma en el hombre expone con crudeza el submundo del crimen organizado.
Un año después cayó en mis manos Baile con serpientes, un libro tan ágil como el movimiento de una víbora al ataque y cuyas frases acaban por inyectar veneno en el ánimo de aquel lector que tiene el valor de adentrarse a sus páginas.
Ahora recién concluyo Donde no estén ustedes y ya me atrevo a decir que la obra de este salvadoreño ya reservó un sitio entre los libros de cabecera que merecen relectura.
Pocos logran bucear en aguas tan profundas del lado oscuro de la mente humana. Donde no estén ustedes narra el último día en la vida de un ex embajador salvadoreño en Nicaragua cuya decadente existencia va descendiendo entre infiernos alucinantes.
En medio de escenarios deprimentes y narrado en riguroso presente, el lector debe adentrarse en la estructura lógica de un alcohólico, cuya mente oscila entre la depresión absoluta, el coraje, la euforia, el miedo y la constante alucinación. Una pesadilla atiborrada de recuerdos idílicos y monstruosas incoherencias propias de una mala borrachera. Por momentos es imposible no recordar la mezcalera estructura de Bajo el Volcán de Malcolm Lowry.
Pero justo cuando el lector va tomado de la mano del ex embajador Alberto Aragón acompañándolo en su descenso hacia sus propios círculos infernales, Castellanos Moya corta de tajo la narración y nos coloca de pronto en los ojos del detective José Pindonga. Solo entonces se cae en la cuenta de que el autor repite la estructura de Baile con serpientes. Una historia que se revela cuando es vista a través de distintos ojos. Una mente que indaga misterios que el lector ya cree conocer y acaban sorprendiéndolo.
Nacido en El Salvador en 1957, el narrador ensayista y periodista Horacio Castellanos Moya ha vivido en carne propia los horrores de la guerrilla centroamericana y no han sido pocas las amenazas de muerte que he recibido a consecuencia de las revelaciones que como comunicador ha hecho.
Además de ser un buceador de la oscuridad humana, Castellanos es un fiel retratista de las miserias, bajezas y contradic-ciones de la política latinoamericana. Es entonces cuando uno se pregunta: ¿Como cabe tanta oscuridad en unas cuantas hojas de papel ?