Método práctico de la guerrilla- Marcelo Ferroni -Alfaguara. Por DSB
De entrada, uno podría pensar que en este mundo no hace falta otra biografía de Ernesto Che Guevara, un personaje sobre el que se ha desparramado demasiada tinta. Lo importante cuando se escribe sobre un ser tan manoseado, no es decir cosas novedosas o dar con chismes y revelaciones de escándalo, sino contar los hechos que todo mundo conoce o cree conocer, desde otro ángulo, desde otra perspectiva y con otra narrativa metiéndole un par de cucharaditas de dulce ficción. Lo trascendente no es tanto lo que se cuenta sino cómo se cuenta y es aquí donde Método práctico de la guerrilla del periodista paulista Marcelo Ferroni aporta una bocanada de aire fresco por su imaginación y su capacidad de jugar con el lector y despistarlo. Una primera aproximación podría hacernos creer que estamos ante una obra inscrita en el canon de reportaje literario estilo Noticia de un secuestro de Gabriel García Márquez, sin embargo Ferroni apuesta por una suerte de juego narrativo, pequeñas cajas de sorpresa o tomaduras de pelo para ir despistando al lector. De entrada el autor nos recibe con un falso prólogo un tanto malhumorado, en donde se permite ironizar sobre la figura del Che Guevara, “trade mark” favorito de la contracultura transformada en camiseta de diseñador, una cara que suele ir de la mano del rostro de Jim Morrison o Bob Marley. En dicha introducción, el autor va amontonado algunos datos y tópicos comunes sobre la vista de Ernesto Guevarra hasta 1966, para después explicar que su libro es el fruto de una ardua investigación en torno a un documento recientemente desclasificado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos en donde se incluye el interrogatorio cono Joao Batista, el único brasileño integrante de la guerrilla del Che. El punto de partida es la historia de Tania, la militante comunista germano-argentina que se desempeña como agente del gobierno cubano en Bolivia, donde se hace pasar por estudiante de folclor andino. Estamos ante un personaje real en una fecha y un lugar concreto, como es La Paz, Bolivia en 1966. Hasta ahí todo va teniendo cara de reportaje marca nuevo periodismo y el lector aparenta tener más certezas que dudas. Lo verdaderamente sui generis de este libro, son las gambetas narrativas del autor y la forma de tomarnos el pelo. Creíamo marchar por el camino garcíamarqueano de Noticia de un secuestro y de pronto nos descubrimos en el sendero Historia universal de la infamia de Borges o las Vidas imaginarias de Schwob. Personajes reales en un entorno real que de pronto se vuelven maleables como plastilina en las manos de un autor que empieza a moldearlos al gusto de su imaginación. Entonces las certezas del lector se vuelven dudas ¿Me están tomando el pelo acaso? ¿Estoy leyendo un reportaje o me he sumergido en una novela? A veces las fronteras entre realidad y ficción son difusas, casi imperceptibles. Cuando uno ve un libro cuya portada es toda roja con una imagen difusa y psicodélica de la clásica fotografía del Che Guevara, se imagina demasiadas cosas. El gran mérito de Ferroni, es su gran capacidad para fintarnos como un futbolista gambetero va driblando defensas. Brasileño había de ser. Método práctico de la guerrilla recibió el Premio Sao Paulo de Literatura como mejor libro del año y pude desde ya inscribirse con mención honorífica en la mejor tradición de falsas biografías. Lo mejor de la literatura, es que ni siquiera quienes nos creemos lectores experimentados perdemos nuestra capacidad de sorpresas. Al ilusionista la ha funcionado el truco. La moneda estaba en la otra mano. Los estereotipos mienten: este libro no es lo que parece.