Eterno Retorno

Wednesday, October 08, 2025

El insomnio del Nobel


 


Cuando este texto esté publicado, el nombre de la persona ganadora del Premio Nobel de Literatura 2025  ya será conocido en el mundo entero, pero al momento en que yo escribo estas palabras restan todavía unas cuantas horas para que se haga el anuncio en Estocolmo. Desde un tiempo para acá, a las casas de apuestas les da por entrarle al tema y manejar sus quinielas que nunca o casi nunca resultan acertadas. Hoy por primera vez en la historia, una escritora mexicana, Cristina Rivera Garza, es mencionada entre las máximas favoritas, lo cual ya es noticia. Rivera Garza fue la primera mexicana en ganar el Premio Pullitzer por una obra literaria, El invencible verano de Liliana, lo cual la convirtió casi en automático en una de las cartas fuertes para el Nobel. Desde que Mario Vargas Llosa lo ganó, en 2010, el Nobel no ha vuelto a Latinoamérica. Ojalá lo ganara Cristina, pero mi corazonada dice que lo ganará alguien que ni fu ni fa, un nombre que me resultará vagamente conocido y de quien tal vez ni siquiera haya leído nada. Así pasa casi siempre. Entre los escritores que sí leo y sí me gustan, suenan la estadounidense Joyce Carol Oates y el japonés Haruki Murakami, eternos candidatos, además de los argentinos César Aira y Samantha Schweblin y el catalán Enrique Vila-Matas. Vuelven a sonar también el portugués  Lobo Antunes o el rumano Mircea Cartarescu (a quien leo con devoción desde hace unos tres años años ), pero más me hubiera gustado  que se lo dieran a Cormac McCarthy, a Milan Kundera,  a Roberto Calasso, a Ricardo Piglia,  a Julio Ramón Ribeyro o al eterno candidato, Philip Roth. Mis escritores favoritos de todos tiempos, empezando por Jorge Luis Borges o Stefan Zweig, nunca ganaron el premio, pero eso tampoco significa que todos los Nobel me sean indiferentes. Los galardonados que más a fondo he leído a lo largo de mi vida son Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, José Saramago, Hermann Hesse  y Octavio Paz.  Entre los Nobel de los que he leído tres o más libros destaco a Kawabata, Pamuk, Coetzee, Camus, Hemingway, Faulkner. ¿Cuál fue el primer Premio Nobel que leí en mi vida? Mi memoria me dice que fue Hemingway. Mi madre me leyó El viejo y el mar cuando era niño, pues como me emocionaban las historias de tiburones, intuyó que la aventura de Santiago con el pez vela y los escualos me resultaría interesante. Sin embargo, el primer libro de un Premio Nobel que yo leí por mi cuenta y que influyó de manera significativa en mi vida fue Demian de Herman Hesse que leí en el verano de 1986 durante un viaje a la Isla del Padre. Mi adolescencia no habría sido la misma sin Herman Hesse como compañero de viaje. En fin, la única certidumbre es que esta noche más de un colega tendrá insomnio. ¿Conciliará el sueño Cristina Rivera Garza?