Rest in Power Tompa
Históricamente, el Death Metal sueco
se divide en dos fundacionales escenas: Los rudos de Estocolmo y los técnicos
de Gotemburgo. Sus caminos bifurcaron en decenas o cientos de bandas, pero si a
mí me pides que elija dos álbumes que definen y encarnan la esencia del metal
extremo en ese país, yo no tengo duda: Left Hand Path de Entombed por el lado
de los rudos y Slaughter of the Soul de
At The Gates por el lado de los técnicos. Para mí están entre las mejores obras
metaleras de todos los tiempos. Hace cuatro años murió Lars Göran Petrov,
cantante de Entombed y esta madrugada ha muerto Thomas Lindberg, fundador, vocalista
y cerebro creativo de At the Gates.
El Slaughter of the Soul es uno
de los mejores álbumes de metal extremo de todos los canijos tiempos pasados y
futuros (para algunos es el Reign in Blood escandinavo). Todo el sonido Göteborg,
llámese Dark Tranquillity, In Flames, Soilwork, amamanta de esa obra. Por lo que a mí
respecta, el Matadero del Alma me voló la cabeza hace exactamente tres décadas
y desde entonces no he parado de escucharlo. Brutalidad técnica, néctar de pulcrísima
rabia. Una puta obra maestra.
El 16 de febrero de 2016 vi por
única vez en mi vida a At The Gates. Me lancé solo y alma a verlos al House of
Blues de San Diego (increíblemente el Octa no me acompañó aquella vez).
Partieron plaza los suecos The Haunted, luego los polacos Decapitated y cerró
la velada At The Gates, que presentaba su entonces nuevo álbum At war with reality.
Además del descomunal concierto, recordaré siempre ese día por un par de
detalles: antes de irme a San Diego, recibí la llamada del Fondo Editorial del Estado
de México para decirme que mi ensayo Bajo la luz de una estrella muerta acababa
de ganar el Premio Sor Juana y estando ya en la tocada, vi en la pantalla de mi
celular la noticia de la muerte de Umberto Eco.
Hoy despierto con la
noticia del adiós de Thomas Lindberg. Un carcinoma adenoide quístico lo mató. Tenía 52 años. Pocos saben que además de músico,
Lindberg fue toda su vida profesor de secundaria y preparatoria, donde impartía
la materia de estudios sociales. Era un tipo muy culto (no cualquiera pone en
un disco de death sueco un intro en español del Informe sobre ciegos de Sábato).
Hace 25 días murió Brent
Hinds de Mastodon y ahora Lindberg, ambos de mi setentera generación. Los metaleros
nos estamos quedando huérfanos. Obvia decir que lo procedente en este 16 de septiembre,
es hacer reventar las nuevas bocinas con el Matadero del Alma