Un sexteto para hacerle al cuento
Voy a compartirles cinco
antologías que a mí me han marcado e iluminado el camino como lector de
cuentos. Las he elegido por el rol tan trascendente que han jugado en mi vida,
pero también por la amplitud de su espectro en cuanto a nacionalidades, épocas
y geografías
1- El Cuento Hispanoamericano.
Seymour Menton. Fondo de Cultura Económica- Esta antología estuvo en
casa desde mi temprana infancia. Mi mamá la tenía en dos tomos. Para no
hacerles el cuento largo, les diré que gracias a esta antología leí por vez
primera a Cortázar, Revueltas, Arreola, Onetti, Echeverría, Quiroga, Roa
Bastos, Bombal y José Agustín, entre otros. Aparecen Rulfo y Borges, pero a
ellos ya los había descubierto poco antes. Recuerdo que me gustó el cuento La
boina roja del panameño Rogelio Sinán de quien no volví a leer nunca nada. La
edición de mi mamá terminaba con Cuál es la onda de José Agustín. La mía, que
es de 1999, termina con Todos tienen premio, todos, de Emiliano Pérez Cruz.
2- Antología de la literatura
fantástica. Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares, Silvina Ocampo. Editorial
Sudamericana- Simplemente inmortal, un clásico de clásicos con
un amplísimo espectro de cobertura. En riguroso orden alfabético, comienza con
el japonés Ryonosuke Agutagawa (yo lo escribo Akutagawa, pero ellos lo ponen
con g) y termina con José Zorrilla. Incluye Poe, Joyce, Kipling, Kafka,
Macedonio Fernández, Rabelais, Swedenborg y Elena Garro (única representante de
México). Eso sí, los compiladores no se anduvieron con falsas modestias y se
permitieron incluirse a sí mismos, lo cual se agradece. Este es uno de los primeros
libros que pepené cuando era un recién llegado a Tijuana en 1999 y el dato
curioso es que lo compré en la Comercial Mexicana de Playas (aunque no lo
creas, hubo un tiempo lejano en que en los supermercados podías encontrar
literatura sublime y ofertas de Editorial Sudamericana).
3- Los cuentos de una vida.
Sergio Pitol, Editorial Debate. Pitol fue ante todo un
grandísimo y siempre curioso lector. En esta antología nos comparte su
personalísima educación literaria. Empieza con Gógol y cierra, de manera más
que simbólica, con Carver y sus Tres rosas amarillas, donde relata los últimos
instantes de Chéjov. Me llama la atención que La metamorfosis de Kafka está
incluida aquí como cuento. Me encanta que incluya a Pilniak y a Felisberto
Hernández. Mi ejemplar está firmado por Pitol y dedicado a Ikercho
4- El libro de la imaginación,
Edmundo Valadés. Fondo de Cultura Económica. Para mí sigue siendo la mejor
y más variada antología de micro ficción. Incluye más de 400 textos y hay desde
pequeños relatos de media página hasta aforismos de renglón y medio. Lo pepené
por encargo de un maestro del Albatros al que apodábamos el Tex (he olvidado su
nombre) y es de esos ejemplares que me han acompañado siempre, pues cada cierto
tiempo lo abro al azar y tres décadas y media y después, aún consigue
sorprenderme.
5- Antología universal del relato
fantástico. Jacobo Siruela. Atalanta. A esta antología la incluyo
básicamente por gorda y por bonita. En sus más de mil 230 páginas incluye 57
relatos de todo el mundo, aunque limitado a los siglos XIX y XX, con un mega
exordio (que no prólogo) de 78 páginas a cargo de Jacobo Siruela. Empieza con
E.T.A. Hoffmann y termina con Naiyer Massud. La selección es sui generis y le
agradezco que incluya a Dino Buzzati, Danilo Kiš, Papini y Andréiev. El único
mexicano, por cierto, es Francisco Tario, lo cual demuestra que el compilador
sabe de aguacates. La pepené hace ocho años y es una chulada de edición.
Carísima la condenada, pero vale cada peso.
6- Como estupendo colofón he
pepenado esta compilación llamada Teorías del cuento compilada por Lauro
Zavala y editada por el sello tijuanense Lapicero Rojo. Me encanta sobre
todo la primera parte donde grandes cuentistas escriben sobre otros colegas que
los inspiraron. Nabokov sobre Chéjov, Valadés sobre Rulfo, Cortázar sobre
Arreola, Pacheco sobre Carver y Borges, Margo Glantz sobre Elena Garro. Grato
descubrimiento.
En este mundo existen
chorrocientasmil antologías compiladas por tema, género, época, geografía
(hasta yo tengo el descaro de haberme colado a unas cuantas) Mi recomendación
es que nunca le hagas el feo ni discrimines una compilación, por humilde o
amateur que sea, pues por ley de probabilidad encuentras siempre un buen relato
perdido por ahí. En fin mis colegas, sigamos haciéndole al cuento.