Universos paralelos
Nuestra
vida cotidiana es un caleidoscopio de universos paralelos, un desfilar de pequeños
milagros que a menudo ignoramos. Por años la ventana de nuestro baño ha estado
cubierta por una enredadera que esta primavera sirve como nido a unos gorriones.
Después de mucho empollar, hace unos días han nacido los polluelos. Ahora,
mientras nos bañamos, vemos a la pajarita alimentando a sus retoños justo del
otro lado de la ventana. Tan solo nos separa el cristal. ¿Cómo nos ven ellos a
nosotros? Compartimos un espacio, estamos a centímetros en la intimidad, pero
lo que miramos es tan distinto. Dentro de pocas semanas, los polluelos elevarán
el vuelo y tendrán una perspectiva de nuestro entorno que a nosotros jamás nos
será dado ver: recovecos que nunca conoceremos,
sonidos que jamás escucharemos, cofradías y jerarquías de aves amistosas u
hostiles, conspiraciones gatunas y vuelos de rapaces de las que hay que
cuidarse. Y su vida destellará en un verano que les parecerá tan largo o tan
corto, tan predecible o fascinante, absurdo y pletórico como nuestras propias
vidas.