No es el novelón de la década ni un libro irrepetible, pero Fortuna es una novela que se deja leer
Primera lectura
del 2024: Fortuna, de Hernán Díaz. Aunque a priori el tema y la sinopsis de
contraportada no habrían sido un gancho suficientemente fuerte para despertar mi
curiosidad, confieso que el libro simplemente me atrapó. Hernán Díaz es
argentino de nacimiento pero ha vivido buena parte de su vida en Suecia y
Estados Unidos. La novela fue publicada originalmente en inglés con el título
de Trust, una palabra con la que se puede jugar, pues por una parte significa
confianza pero también una asociación de empresas fusionadas que comparten
acciones. En cualquier caso, el origen medieval del Trust anglosajón emerge de
la confianza que debían tenerse las partes asociadas. En mi clase de Derecho
comparado me enseñaron que el trust es el equivalente al fideicomiso. En
español Fortuna puede ser capital o suerte. Etimologías aparte, una lectura
simple del libro de Hernán Díaz podría quedarse en la historia del capitalismo
salvaje y el crack de 1929 narrada a través del camino de vida de un tiburón financiero
de Wall Street. El desquiciado juego del dinero haciendo dinero. Yendo un poco
más allá, es una novela rompecabezas sobre las múltiples miradas e
interpretaciones que arrastra consigo la historia de una vida. Cuatro libros en
uno:
1-Una novela
sensacionalista sobre la vida y romance de un mago de las finanzas
2- Los apuntes
inconclusos del tiburón financiero real que inspiró el personaje de la novela.
3- Las memorias de
la ghost writer italo-americana que fue contratada para escribir o transcribir
la biografía autorizada del capitalista en cuestión que tendría que desmentir a
la novela.
4- El diario íntimo
de la moribunda esposa del millonetas que pone de cabeza ambas versiones.
No es el novelón de la década ni un libro irrepetible, pero Fortuna es una novela que se deja leer. Como soy un lector promiscuo, al mismo tiempo estoy con Maniac de Labatut, Las muertes de Genji de Vicente Herrasti (novelón de novelones), La figura del mundo de Juan Villoro (va por muy buen camino, aunque no soy muy afecto a la narrativa sobre progenitores) y Libre, El desafío de crecer en el fin de la historia de la albanesa Lea Ypi. Lo herético y sacrílego del asunto, debo confesarlo, es que ni una de estas lecturas la tengo impresa. Todas habitan en el mágico reino digital del Kindle. Cosas vieres.