SÍ QUIERO, SÍ.
Fue un sueño de una noche de verano y nuestro SÍ QUIERO está por cumplir un
cuarto de siglo. Ya pasamos por las bodas de papel, madera,
aluminio, cristal y porcelana. En algún lugar leí que nuestros 24 años
de casados se llaman Bodas de Granito, una roca ígnea y plutónica de puro magma
solidificado, bella e inconfundible. Nuestro Sí quiero fue pronunciado a
finales del siglo pasado y lo renovamos con la llegada de cada nuevo verano en
los días más largos del año. Las noches
caen, el tiempo corre, las flores abren y el café, el vino y los besos saben cada vez mejor.
Deshojamos soles y lunas, nuestra charla
no se acaba y mí me cuesta trabajo
dimensionar que estamos por celebrar nuestras Bodas de Plata. ¿Se imaginan? Será
que cuando uno es feliz a los años les da por ser ráfaga de viento. Por lo
pronto, celebraremos estos 24 años dentro de unas cuantas semanas emprendiendo
el viaje más largo de nuestra de por sí viajera existencia. 24 añitos y
contando. Bienvenido el Granito. Vamos por la Plata, mientras volvemos a pronunciar como
Molly Bloom SÍ QUIERO, SÍ.