Bye primavera
Arrancamos
la semana y despedimos la primavera con gratos encuentros y espontáneas
charlas. Lo mejor de ir a la Librería El Día en lunes es que hay oportunidad de
platicar largo y tendido con Don Alfonso Lòpez. Lecturas, andanzas, un repaso
al mundo en perpetuo desmoronamiento y la alegría compartida por la
resurrección de la Feria del Libro de Tijuana de la que Don Alfonso fue
fundador en 1980.
Un
gusto platicar con Joseciccone
Ciccone en el estudio de TvAzteca. Mi amigo recién regresa de su patria
rioplatense y como compañero de viaje se trajo Las maquinarias de la noche, de
Abelardo Castillo, un extraordinario y sui generis cuentista difícil de
conseguir por estos rumbos y de quién había leído elogiosos comentarios por
parte de Mariana Enríquez. Lo mejor es que el libro viene envuelto en una
hermosa bolsa de El Ateneo Grand Splendid. Doble regalo. Pura gratitud. Para
rematar la faena, en El Día me aguardaba un paquete enviado por mi amigo Francisco
J. Serrano
desde la Sultana del Norte en cuyo interior yacía el poemario Hasta agotar
existencias. Desde las infernales calles regias, Pancho jura que no sabe mal
beber mezcal en molcajete y que cualquier cerveza sabe mejor con la ley seca. Probemos