CINCO COPAS
No alcancé a verlo jugar pero vaya que lo vi dirigir y como entrenador era un espectáculo. Aquellos Ates de Morelia eran un deleite en la cancha pero lo mejor era sentir la pasión con la que La Tota Carbajal vivía los partidos y emocionarnos con sus mil y un rituales y supersticiones. Sentarse en la banca cinco minutos después de iniciado el partido, salir de la cancha cinco minutos antes del silbatazo final, mirar a la tribuna cuando se marcaba algún penal y llenar el vestidor y la banca de amuletos y escapularios. Era espectacular verlo encarar a los árbitros, festejar eufóricamente los goles y emitir declaraciones brutalmente honestas que rompían con lo predecible.
Jugó cinco mundiales en la era en que los balones eran rocas de cuero y fue líder moral de una selección siempre náufraga. En 1962 festejó su cumpleaños con el primer triunfo mundialista en la historia del tricolor frente al futuro subcampeón Checoslovaquia y se retiró en Wembley manteniendo el cero contra la garra charrúa en una portería donde colgaba un rosario y un par de medallas Lo mejor fue que desde Brasil 1950 a Inglaterra 1966 jugó siempre con el mismo viejo suéter que luego de 16 años de uso rudo yacía percudido y lleno de hoyos.Por azares del destino me tocó acudir al último juego que dirigió en su carrera. Fue un Tigres vs Morelia en septiembre de 1995. Creo que aquellos Canarios fueron la última expresión de futbol romántico que hubo en nuestra liga
La Tota se retiró de la dirección técnica y se fue a vivir humildemente ejerciendo su oficio de vidriero en el centro de su natal León. Hoy, mientras veía el Real Madrid vs Manchester City, me enteré de su fallecimiento y pensé que nada queda ya de aquel futbol tan canijamente humano y honesto que él representó. Simplemente hoy en día los contratos con las marcas multinacionales deportivas le habrían impedido usar el mismo suéter en cinco mundiales y los ridículos protocolos de la liga sin duda sancionarían sus rituales. La Tota enarboló la bandera de un futbol de sudor, huevos y corazón. Una era se ha ido para siempre. Grande Cinco Copas. La próxima es a tu salud.