Libros peregrinos
Hoy los libros han partido a su nuevo destino. Agradezco
de todo corazón a quienes respondieron a mi post de hace una semana y
ofrecieron alternativas, propuestas e ideas para reubicar la mitad de mi
biblioteca. Hubo algunos planteamientos muy interesantes y dignos de tomar en
cuenta. Al final creo que después de pensarlo y evaluarlo con mucha calma,
tomamos la mejor de las decisiones y encontramos el mejor destino posible para
los libros con un proyecto muy interesante que les daré a conocer a la
brevedad. Estén pendientes. La biblioteca se mantiene unida y conservo la potestad
sobre ella. Después de permanecer dos años embodegados los libros volvieron a
cambiar de domicilio y se van a un mejor lugar. Lo cierto es que hoy volví a
emular a Alberto Manguel en su ensayo “Mientras embalo mi biblioteca” y por un
momento tuve un flashback y reviví las veces en que siendo niño empacaba mis
libros en los múltiples cambios de domicilio que tuvimos. En ocho casas
distintas viví en mi infancia y juventud, incluida una mudanza de Monterrey a
la CDMX. Finalmente en 1999 nos mudamos a Tijuana y la única constante es que
siempre arreaba con un montón de libros. Claro, en ese entonces la biblioteca
no era tan grande como ahora. Hoy entre los libros peregrinos van algunas
colecciones como las Obras completas de Freud, cuatro tomos de la Historia del
tiempo perdido de Proust, la enciclopedia completa de México a través de los
siglos, muchísimos libros de historia, muchas novelas, no pocas antologías. Le
agradezco muchísimo a Gustavo Fernández de León por el invaluable apoyo
logístico y por lo que viene en camino. Vienen nuevos tiempos para la biblioteca.