Eterno Retorno

Wednesday, May 12, 2021

Nuestro parque es pequeñito

 


Qué liberador es poder salir al parque por las tardes. Pequeños grandes placeres que hacen la diferencia en una vida. Tener un área verde en tu colonia, por sencillita que sea, te transforma por completo el chip mental. No imagino cómo habríamos sobrellevado el confinamiento pandémico sin ese escape tan simple y a la vez tan vital. Nuestro parque es pequeñito pero basta y sobra la vista panorámica al Pacífico para liberar la mente y ponerla a viajar muy lejos. Es fascinante salir a cazar atardeceres y perseguir la última luz hasta verla oculta tras las Islas Coronado. ¿Cuántas puestas de sol de nuestra vida hemos pasado  mirando las islas en fuga? Sigo el vuelo de los cuervos y las rapaces, las incursiones de los topos fuera de sus madrigueras, el correr incesante de la carretera escénica. Me gusta leer en el parque. Iker juega mientras yo me sumerjo en los cuentos de Lucia Berlin. Pepené este libro hace unos tres años y entonces comencé a leerlo en riguroso desorden. Hace unos días lo retomé y de nuevo estoy enganchado con los relatos de esta doña. He releído muchos de los cuentos pero con sorpresa reparo en que algunos se me habían escapado la primera vez. De verdad, qué narradora tan chingona es Lucia. Crudeza, sencillez y desparpajo en idénticas dosis. Vaya capacidad de reírse de sí misma en las situaciones y entornos más sórdidos. Hay quien dice que es una Raymond Carver descubierta en forma tardía, pero por lo que a mí respecta (aunque sin duda me crucificarán los puristas carverianos)  disfruto más leyendo a Lucia que al Raymundo. Las tardes de mayo aún son frescas pero los días se alargan. Retomo proyectos narrativos empantanados y apelo a la fuerza de voluntad para cuidar un poco más mi alimentación (hasta ahora no he sufrido tanto como pensaba con este repentino freno a los excesos). “The day is gone when the angels come to stay, and all the silent whispers will be blown away”, canta Deep Purple y al canijo y desquiciado tren de la vida le da por seguir corriendo a alguna parte.