Eterno Retorno

Sunday, March 07, 2021

Gabo es ante todo una cadencia

 


1- Gabo es ante todo una cadencia, un ritmo, una forma de acompasar la respiración mientras lees. Como ciertos riffs o tonos que solo pueden provenir de un músico o ciertos trazos que solo puede ejecutar un pintor, a Gabo puedes reconocerlo leyendo a ciegas. No es cualquier cosa ser dueño de una armonía prosística que reconoces a la primera. Solo con el tocayo Daniel Sada me ocurre algo semejante.

2- Te apuesto doble contra sencillo a que recuerdas el entorno y las circunstancias de tu vida en que empezaste a leer a Gabo. El de Aracataca fue una terca omnipresencia en mi vida en la frontera entre la tardía adolescencia y la juventud, en el umbral entre la prepa y la universidad, y mi vereda lectora bifurcó a otros mundos Sí, yo sé que ser deicida está de moda, que es muy cool decir que ya lo dejaste atrás, que el “boom” fue una imposición, que hiciste “crack” y “puum” y “cash”, de que McOndo ya fuiste y viniste. Bla, bla. Igual te apuesto a que después de leerlo tu camino de vida no volvió a ser el mismo.

3- Yo empecé con La Hojarasca, un ejemplar verde de Sudamericana que pertenecía a mi madre. Me recuerdo leyendo Cien Años durante una breve etapa en que me hice menso en un taller de motocicletas, o El general en su laberinto durante un viaje a la Mesa del Nayar. Recuerdo que fue mi colega Norman Navarro quien me dijo que el compañero de viaje de todo buen reportero debía ser Relato de un náufrago. Recuerdo recibir Noticia de un secuestro el día que llegó a Monterrey, minutos antes de subirme a un avión y entregarme a un autoexilio. Recuerdo ir releyendo sus cuentos completos en el viaje Tijuana-Bogotá cuando fuimos a la final del premio que lleva su nombre.

4- Lo que más admiro de Gabo es que nunca dejó de ser reportero. Era poeta de closet, genio universal de la novela, pero ante todo y sobre todo un reportero. Por eso tengo en un altarcito aparte Crónica de una muerte anunciada, Relato de un náufrago y Noticia de un secuestro, una trilogía perfecta si quieres saber en qué consiste esa divina utopía que llamamos periodismo narrativo.

5- Nadie relee tan bien a Gabo como Juan Villoro. Tuve la gran fortuna de acompañarlo en el teatro del Cecut cuando descifró y reconstruyó el último día de la vida de Santiago Nasar y me volví a emocionar escuchándolo a la distancia hace un par de días, reinventando el naufragio de Luis Alejandro Velasco desde la Casa Estudio Cien Años de Soledad. Describir es hablar de la emoción que eso nos suscita. Al caer la noche, no pude hacer otra cosa que volver a navegar en el Caldas y naufragar entre infinitas aletas de tiburones caribeños.

6- Hoy es 6 de marzo. Vamos a tomarnos un aguardientico a la salud de este señor.