Eterno Retorno

Tuesday, February 16, 2021

¿Cuál es el futuro de éste y de tantísimos oficios?

 


En un día cualquiera de errabundo vagabundeo entre Facebook y Twitter,  te salen al paso mil y un artículos de todos los temas imaginables. Editoriales, crónicas, testimonios, entrevistas, reseñas. Es una lluvia imparable. No llevo una estadística ni siquiera aproximada, pero no creo mentir si les digo que a diario me chuto por lo menos cinco textos inesperados de muy buen nivel que llegan a mí por la espontánea marea de la red. Como lector soy el equivalente a un colibrí que va de una flor a otra, picando un poco aquí y un poco allá. Inmerso en esta vorágine, suelo dar con páginas de revistas o periódicos  que de la manera más honesta  te piden que por favor te suscribas o cooperes  para que ellos puedan seguir haciendo su trabajo. Durante muchísimos años me gané la vida como reportero. Conozco bien el significado y la valía del buen periodismo y soy el primero en pedir una buena retribución para el comunicador profesional. En un mundo infestado hasta la médula por bodrios propagandistas y noticias burdamente falsas, un colega que ejerza el oficio con ética y dignidad  es una atípica joya. Es muy común topar con medios que te piden pagar tres o cinco dólares  para poder leer todo su contenido y la verdad es que si en mí estuviera, me gustaría poder apoyarlos a todos. El problema es que debes elegir entre una infinita baraja a quiénes pagar esa suscripción. Antes de la era digital la cosa no era tan complicada. Vaya, leías el periódico de tu ciudad y con eso te bastaba. En mi regia infancia, tooodas las familias estaban suscritas a El Norte y con ello te bastaba y sobraba para considerarte bien informado. Si algo te faltaba, ahí estaban El Porvenir o El Diario. Hoy la oferta informativa es infinita y el bombardeo es constante e inclemente. Todos los días y en todo momento eres atiborrado de nueva información, casi toda gratuita. Estoy de acuerdo en que si deseas algo de calidad debes pagar por ello, pero aquí la competencia es descomunal,  despiadada y mundial. Pagar por leer es lo justo, pero no les puedes pagar a todos. ¿Quiénes logran lucrar entonces? Como siempre, los más grandes o los que pueden darse el lujo de tener un amplio espectro de cobertura e intereses. El País, New York Times, Reforma, etc.  Es un río muy pero muy revuelto y solo unos cuantos pescadores ganan. ¿Y los medios pequeños? ¿Y los dignos esfuerzos casi quijotescos que por la libre han emprendido tantísimos colegas? ¿Cómo apoyar quienes sabes que están haciendo un trabajo noble y profesional? ¿De qué puede aspirar a vivir un periodista independiente para no acabar convertido en burdo propagandista? ¿Cuál es el futuro de éste y de tantísimos oficios? ¿Alguna idea? Muchas más dudas que certezas colegas.