Si por ellos fuera, tiraban los libros a la basura
De las
tres opciones en teoría viables para reubicar la biblioteca de Tijuana, la
menos mala me parece la Casa de la Cultura Jurídica. Es la que tiene por mucho
la mejor ubicación (justo frente al Cecut) y sus instalaciones (según recuerdo)
son funcionales. El edificio de correos es una lamentable ruina que requeriría
muchísima inversión (misma que el gobierno, por supuesto, no hará) y el Museo Ámbar o el Ceart
significan un exilio al limbo. Dirán lo que quieran, pero todo lo que se va a
la tercera etapa del Río Tijuana se transforma en una suerte de purgatorio. Mi
consejo es apostar por la Casa de la Cultura Jurídica, pero el edificio pertenece
al Poder Judicial de la Federación y no creo que sea sencillo gestionar su
entrega en permuta o comodato, mucho menos cuando no hay voluntad e interés por
parte de las autoridades. Seamos honestos: tanto a Bonilla como a Karla Ruiz la
biblioteca les vale reverenda madre y no tienen idea de lo que van a hacer con
ella. Si por ellos fuera, tiraban los libros a la basura. Están reaccionando sobre la marcha solo por la
presión pública. Karla está pensando en su reelección y Bonilla en cómo
ejercerá su maximato cundo le entregue la estafeta a Marina. Una pobre
biblioteca que solo interesa, según ellos, a unos cuantos lectores loquitos,
está en el lugar 500 de su lista de prioridades y no le van a invertir dinero y
esfuerzo, máxime si no es políticamente redituable. Al final, poco importa a
dónde vayan a arrumbar unas cajas con libros si carecemos de un proyecto
ejecutivo serio para crear una biblioteca moderna, dinámica y funcional
administrada por profesionales en la materia. Cuestión de echar un vistazo al
rol fundamental que actualmente juega la biblioteca pública en el desarrollo
comunitario de miles de ciudades y pueblos de todos los tamaños alrededor del
mundo. ¿Las bibliotecas son cosa del pasado? ¿Las bibliotecas ya no son
necesarias porque todo lo puedes consultar en Google? Ja,ja, ja. Otra cosa es
que tengamos gobernantes con mentalidades retrógradas y anacrónicas. Mejor revisen y aprendan cómo
funcionan las bibliotecas más vanguardistas del planeta. Sobra información en internet sobre nuevas tendencias
en la gestión y administración de acervos. Echen un vistazo y verán portentos
arquitectónicos y modelos de interacción comunitaria. Para mí, el ejemplo a
seguir es la Biblioteca Nacional de Colombia, cuyo funcionamiento he podido
conocer personalmente, pero si quieren, ahí están las bibliotecas de Birmingham,
Helsinki, Singapur, Varsovia, Tenerife, Seattle. ¿Cuál sería mi biblioteca
ideal en Tijuana? Un espacio público céntrico que combine tradición y
modernidad, lo físico y lo digital, en
donde puedas encontrar lo mismo el manuscrito original de Pretexta de Campbell que
el archivo digitalizado de las primeras cartas urbanas de Tijuana o los
ejemplares de El Heraldo de 1945. Un lugar en donde se tenga absolutamente toda la
producción bibliográfica histórica de
Baja California (actualmente dispersa y fragmentada) y las últimas novedades
editoriales, administrada, de preferencia, por un patronato descentralizado. Se
vale soñar.