Eterno Retorno

Sunday, December 13, 2020

Pueta chileno

 


Aunque en los 18 días que le restan al 2020 aún puedo leer bastante y llevarme una sorpresa, a estas alturas ya tengo muy claro cuál es el libro que más disfruté durante todo este atípico año: se llama Poeta chileno y lo escribió (cómo no) un poeta chileno llamado Alejandro Zambra, aunque cabe aclarar que se trata de una novela y no de poesía (aunque sus páginas están infestadas de poetas).

Un libro es ante todo un estado de ánimo y creo que esta historia me trasmitió la vibra precisa que necesitaba en estos tiempos. Resulta que en medio de este Apocalipsis zombie covideño lo necesario era justamente el tono de socarrona melancolía que impregna esta historia. Siempre se agradece la risa, y los personajes de Poeta chileno me hicieron reír muchísimo. Vaya, es una salvaje declaración de amor a la poesía y a la vez una divina sátira, pues Zambra se pitorrea (imposible no hacerlo) del mundo de los poetas, de sus aferres, afanes y pretensiones. Sí, es posible (y muy sano) burlarte de aquello que amas. Lo más chingón, ni duda cabe, fue el tono conseguido por el autor para narrarnos ésta que es, al fin y al cabo, solo una historia de amor, desamor e ilusiones absurdas. Un relato de familia, de filia paternal y educación sentimental con el intrincado y tragicómico mundo de los poetas como telón de fondo. No hay crímenes ni tinieblas o densidades ontológicas, pero sí una buena dosis de lindo cachondeo. Por fortuna no hay tampoco ni pizca de cursilería. Los personajes, en cualquier caso, son buenísimos.

Con Zambra me pasó algo atípico. Yo había leído hace algunos años Formas de volver a casa y me había aburrido terriblemente. El típico y patético caso de un narrador “post- un chingo de cosas”, pensé en ese entonces. Es raro que yo dé una segunda oportunidad a un autor que en la primera me resultó fallido, pero el chileno se reivindicó con sus ensayos compilados en el volumen No leer y con Poeta chileno, de plano, me voy ampliamente recompensado. Para mí no hay duda: fue por mucho mi libro favorito en lo que va de este largo encierro (y mira que he leído a pasto).