50 mil y contando
En los Idus de Marzo, cuando el
confinamiento comenzó, empecé a hacer cálculos ilusos sobre mi agenda libresca del
futuro inmediato. Estaba particularmente ilusionado con la charla que daría el
23 de abril en la Capilla Alfonsina de la UANL para celebrar el Día del Libro y
la Lectura, para la cual faltaban cinco semanas. Días antes, el 18 de abril,
estaría presentando el Samurái de la Graflex en el Festival of Books de Los Ángeles.
Crucé los dedos y pensé que tal vez para
mediados de abril esta pesadilla habría acabado y podría continuar sin
problemas con mi caminito. Al final, todo terminó en un mensaje virtual. También
estaba emocionado con la invitación a la Feria de Mérida en la segunda semana
de mayo. Pensé que para entonces ahora sí se habría acabado esta mala broma y
que sin duda ya nadie estaría pensando en virus coronados. Teníamos unas
vacaciones familiares con avión y hotel reservado para mediados de abril. Las
movimos para principios de agosto, pensando que para el octavo mes sin duda el
Covid sería solo un mal recuerdo, pero justo cuando nos debíamos estar poniendo
el traje de baño México llegó a los 50 mil muertos y las movimos otra vez,
ahora para noviembre. Y en noviembre? Iremos en 100 mil muertos para entonces?