Si Arsenio hubiera leído a Joseph Conrad, habría reparado en que entraba fatalmente a la línea de sombra. Si hubiera leído a Dante, intuiría bordear la entrada a esa oscurísima selva llamada la mitad del camino de nuestra vida. Si Arsenio hubiera sido más ocioso y por virtud de algún aleatorio googleo errabundo hubiera caído en la página Reihai gi. The Dark Realm of The Prayng Mantis, habría entendido el sentido del florete de plástico, las bototas verdes y las medias rotas de rombos llevadas con agresiva petulancia por la niña oriental.
Sunday, March 15, 2020
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