Una duermevela de otoño, poblada por furtivos cheneques y malos augurios, el Diablo te arroja su aliento en la cara y el cielo se viste con su mejor traje de Infierno. Muchísimas veces me han preguntado qué carajos es eso de los Vientos de Santa Ana. Pues bien, esta madrugada hemos tenido nuestro seminario intensivo. Cuando el fuego está a la vuelta de tu casa y miras arder Real del Mar, cualquier vestigio metafórico se consume entre el olor a chamusque. La lumbre está viva y el amanecer irrumpe arrastrando su sábana de humo. Hoy bebemos café de incendio.
Saturday, October 26, 2019
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