Sweet home Chinameca
En Tijuana hay una avenida principal, una delegación y una colonia llamadas Rodolfo Sánchez Taboada. De hecho el aeropuerto de Mexicali también se llama así. En Monterrey hay una gran avenida, una colonia y por lo menos una escuela que llevan el nombre de Pablo González Garza. ¿Qué hermana a estos célebres personajes de la historia de Baja California y Nuevo León? Que hace exactamente cien años ambos tuvieron su importante cuota de participación en el asesinato de Emiliano Zapata. Pablito González Garza, natural de Lampazos, Nuevo León, fue el cerebro de la conjura que llevó a Emiliano Zapata hasta las puertas de la hacienda Chinameca. Él era el jefe inmediato de Jesús Guajardo y quien rendía cuentas al presidente Venustiano Carranza. La siniestra idea de abrir fuego después de que el clarín tocara honores militares al caudillo suriano al entrar a la hacienda se fraguó en la mente de González. Cinco años antes, en 1914, Pablo fue el gran caudillo de la toma de Monterrey, cuando la tropa constitucionalista bebió Carta Blanca a placer en el jardín de la Cervecería Cuauhtémoc.
Rodolfo Sánchez Taboada, poblano de nacimiento, fue soldado constitucionalista en la tropa de Pablo González y a sus órdenes peleaba contra el zapatismo en los pueblos de Morelos. La participación de Sánchez Taboada en el crimen fue un poquito más directa. Él estaba entre los soldados que abrieron fuego en Chinameca y fue él quien le dio el tiro de gracia al Atila del Sur. El plomazo final en la chompa pa acabar pronto. Años después, en 1937, Sánchez Taboada destacaría como el gran gobernador del Territorio Norte de la Baja California, sin duda el que mejores resultados entregó en la época anterior a la entidad federativa.
Claro, los campesinos de Cuautla y Anenecuilco dirían que el muerto de Chinameca no era Emiliano y que décadas después aún se le veía cabalgar por las noches en las sierras surianas. Su nombre sería mil veces manoseado, coreado y malentendido (el neozapatismo chiapaneco poco o nada tiene que ver con el zapatismo de Emiliano). En fin, cuando circules este día por la Avenida Pablo González o la Sánchez Taboada acuérdate de Chinameca. Al menos en Nuevo León y en Baja California, Emiliano Zapata es menos popular que sus asesinos (y ello por no hablar de las miles de veces que el nombre de Venustiano Carranza se multiplica en todo México). ¿Pedirá la chairiza cambiar el nombre de esas avenidas? Hagan sus apuestas.
PD-Como dato personal sin importancia diré que yo estaba programado para nacer el 10 de abril. El aniversario de la muerte de Zapata habría sido mi cumpleaños. ¿Se les habría ocurrido a mis padres llamarme Emiliano?