Cazador de albas y sargazo
El sueño de la razón y la furtiva cacería de albas caribeñas producen monstruos. También el exceso de sargazo puede inspirar historias alucinantes. Catherine Davenport, turista canadiense, buscó desesperadamente una pluma para escribir un poema que no podía esperar. El poema se llamaría Sargazo Zen, pero en lugar de pluma Catherine encontró cuatro dedos cortados dentro de un cajón. De eso y otras cosas platiqué en Playa del Carmen con mi colega Octavio Martínez García, quien ha tenido el detalle de escribir esta nota en el Novedades de Quintana Roo. Nada errado andaba Hemingway: se vive como se escribe en el Caribe.