Podría llamar a esta historia las 7 mil y una noches (aunque en realidad son más de 7 mil 300) No elegimos a propósito el día. Fue casualidad que en el San Valentín de 1999 Carol y yo estrenáramos nuestro céntrico y efímero depa, nuestro primer hogar y nuestra primera cama compartida. Nosotros sí tenemos una razón real para festejar este día. Acaso esta sea la única foto en que aparecemos juntos dentro de aquel espacio. Ninguno de los dos teníamos celular: las fotos eran tomadas con cámara réflex y por su ausencia brillaban los selfies. Eso sí, constato que ayer, como hoy, no faltaban nunca las flores y el vino, tampoco la música de fondo para enmarcar nuestra larga charla que no se acaba nunca. Poco después emigraríamos a la esquina Noroeste, y aquí estamos, 20 años después. La mitad de nuestras vidas. Una helada tormenta de tardío invierno cae sobre la costa bajacaliforniana y sí, ya ha llovido mucho desde entonces. ¿Cuánta agua cae en 20 años? Las lluvias, las duermevelas y las lunas sobre el Pacífico, dibujando nuestras 7 mil y una noches.
Thursday, February 14, 2019
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