Talk with the Dead. Hablar con Maiz entre viejos libros de pasta dura yacientes en una feria de viejo en la Macro, perder mi chaleco entre papelajos, observar una larga marcha hacia la frontera tamaulipeca, solitario entrenamiento en solitaria cancha de futbol rápido por una lona cubierta. Vodka con quedo, queso apestoso a patas flotando como si tal cosa dentro del vaso de Absolut. Amadís, pinches cosas del Amadís en un libro gordo y de pasta dura. Y clafro, Aimaro de Barnabó. El de Amadís era un libro blanco y el de Aimaro era un cierre de ojo a Italo Calvino, un seudónimo italiano de noble estirpe y Fernando (if you talk toi the Dead) lloraba y no….no me hablaba de un idílico camino celestial.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
Hablemos pues de los lentes rotos. Los escuchaste crujir bajo tu cabeza cuando los usaste como almohada. Hablemos por favor de esa pordiosera e irrenunciable intemperie, del almohadón de libros u objetos duros, forradas ásperas sábanas. ¿Viajábamos o simplemente maldormíamos? Recordarías a Santibañe hablándote de su fallida incursión como Rob Halford de ocasión, su obvia imposibilidad de llegar a los agudos y las estrofas largas…y así la charla, como de linieras de la puerca noche suburbana, divinos teporochos de central camionera.
Friday, September 08, 2017
<< Home