Eterno Retorno

Monday, August 21, 2017

Y después del eclipse… ¿a dónde carajos desembocamos? Sólo hasta hoy recordé que en la pierna llevo tatuado un Sol a medias cubierto por la Luna y que en la primavera-infierno del 94 liberamos un desparramadero de palabrerías exultadas por los integrantes del taller de la UR. Recordé mayo del 84, cuando intempestivamente viajamos al parque Tangamanga de San Luis Potosí donde la lluvia empapó la posibilidad de un histórico eclipse que se ocultó bajo nubes de tormenta (mi hermana Ana Lucía venía apenas en camino tocada por el “clis” solar). Otro gallo nos cantó el 11 de julio de 1991, cuando desde una barranca de Lomas del Olivo contemplamos la irrupción del negro Sol. Cinco días antes había tocado Kreator en Tlalnepantla y yo estaba en extraordinarios de química y geometría analítica, viviendo a tope uno de los años más intensos de mi vida. Podría decir que hoy también recordé con escalofriante precisión mi primer día de segundo de primaria, el 7 de septiembre de 1981, que fue también el primer día de clases en toda la historia del Liceo Anglo Francés de Monterrey. La maestra Silvia, mi libro de lectura, la haitiana Adeline que nos daba francés, nuestro uniforme tan horrible que en colores casi fosforescentes buscaba evocar la bandera de Francia. Entonces no imaginaba que sentiríamos más angustia en cada primer día de clases de Iker, que hoy arrancó segundo de primaria después de un largo verano digital. La mañana sin él nos parece larga e inabarcable y nos cuesta reconocer la extraña quietud que reina en casa. ¿Cómo le estará yendo en el inicio de esta nueva aventura? La única certidumbre es que sus tallas de zapatos y pantalones suben más rápido que la marea y nuestra espiral de Eterno Retorno es una ráfaga de viento. Esta vida gira a diez mil revoluciones mientras Iker se estira y hace mil preguntas. Este eclipse del 17 nos ha regalado pájaros en silencio y atípicas sombras vespertinas en una mañana de verano. Por ahora es lo que tenemos. Sombras nada más. Mentirosa suele ser la luz de agosto.