Lo procedente esta noche es brindar a la salud de la Décima Musa. Mi libro “Bajo la luz de una estrella muerta” ha escalado el Nevado de Toluca y hoy me confirman que ganó el Certamen Internacional de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz en la categoría de ensayo. “Bajo la luz de una estrella muerta. Hacia la extinción del lector hedonista” puede ser leído como la continuación o la secuela de Réquiem por Gutenberg, el ensayo que escribí hace seis años y con el que gané en 2010 el primer premio literario de mi vida. Réquiem habla de la muerte de la letra impresa, pero Bajo la luz de una estrella muerta está dedicada a la figura de lector puro, el lector hedonista, hoy en inminente peligro de extinción. Es un libro extremo, más apocalíptico que integrado, pero que al final del túnel arroja una lucecita prometedora. Lo chingón de este canijo camino de vida es que cada premio engendra más escritura. Escribo para poder seguir escribiendo y esta es la única manera que he encontrado para continuar tirado a matar, aferrado en cuerpo y alma al desparramadero de tinta, haciendo lo único que podría hacer en esta vida. Al final solo queda la gratitud con cada persona, cada colega y amigo que le da un empujoncito a este aferre mío. La gratitud con quienes soportan y entienden mi autismo libresco y sobre todo con Iker y Carlina por la paciencia y la fe esta catástrofe de padre de familia que no sabe hacer otra cosa. La sexta nave de los locos ha llegado a buen puerto esta noche.