En amaneceres como el de hoy pienso en aquellos que estereotipan a Tijuana como una ciudad caliente y en el machacadísimo cliché del “California Sun”. Cuando viajo al centro de la República no son pocos los que me preguntan cómo hacemos los tijuanenses para aguantar el calor. Si vieran nuestras invernales mañanas en pleno junio. Si sintieran la gélida corriente de Alaska que fluye como ama y señora de nuestro imposible Pacífico. Creo que febrero resultó ser más caluroso que esta pospuesta primavera de esquina rota y por lo que a la llegada del verano respecta, ya le empiezo a ver cara mito urbano. ¿La mañana arrastra su sábana de nubes? Me parece que ese poema, escrito hace muchos ayeres en Monterrey por Gerardo Ortega , fue un presagio de los amaneceres en la costa bajacaliforniana, aunque más que sábana estas nubes tienen facha de manta o denso cobertor. El mar mismo es una densa estepa plomiza. En el horizonte las Islas Coronado son apenas una intuición, una línea de sombra. Distingo la silueta porque sé (o sospecho) que están ahí, pero en realidad son solo espectros, rayas de vapor que se diluyen en la lejanía.
Thursday, June 11, 2015
<< Home