En la vida adulta los días corren desbocados. Parecen tener afán de llegar a alguna parte, siempre huidiza e incierta. Los minutos y los años se suceden entre cafés humeantes, portadas de periódico y párrafos prófugos por la estepa del papel en blanco. Duermevelas conjuradas con náufragas escrituras, heterónimos tramposos, historias condenadas por la eternidad al limbo del nonato. Orgasmos, insomnios; el Pacífico oculto tras la bruma de diez mil amaneceres; la furia del día reptando por las calles de la ciudad anfibia; los guitarrazos metaleros reventando mis maltrechos oídos, mis tenis peinando pavimento, el Sol derritiéndose sobre el lomo de las Islas Coronado, la noche que llega sin pedir permiso, el vino descorchado, la vida que se va. Y entre todo este amasijo de cotidianidades ...
Friday, February 21, 2014
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