A cuestas llevo la carretera de Guadalajara a México y las horas sin dormir. A cuestas la desesperanza. A cuestas la prisa por dar vuelta a la página. A cuestas la angustia y la nostalgia por los tiempos que se extinguen. A cuestas la lluvia, siempre tan terca, tan cadillo, tan decidida a joderte la existencia cotidiana en este DF. Y la vida está aquí, retándote a que la desafíes con banderas imposibles, a que te aferres a tu papel de defensor de causas perdidas.
Algún día imaginaré la historia de los mil y un libros que desee leer y no leí nunca, de las calles que no caminé, de los futuros cancelados. Por ahora no me resta más que soltarle la rienda a las palabras y dejarlas que corran, insubordinadas y carentes de sentido. Que corran por la estepa del papel blanco y expresen lo que mi conciencia no puede.Que invoquen a los monstruos no paridos por el sueño de la razón, a las muertes no santas, a las aleatoriedades crueles y las calles eternamente mojadas.
Thursday, June 28, 2012
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