¿Hay algo más adecuado para un Viernes Santo que el Beso de Judas? Mi más ancestral recuerdo visual de Judas Priest, era un poster que había en el cuarto de mi tío José Manuel allá por 1979-1980. Mi más ancestral recuerdo sónico, se remonta al Defenders of The Faith en 1984. Heavy Metal en estado puro. Más de una vez he dicho (y no pienso desdecirme ahora) que si tuviera que elegir un solo disco para definir la esencia más pura del Heavy, me llevaría a una isla desierta el Painkiller, ese canto de cisne metalero, digna despedida de una década gloriosa antes de entrar a la crisis alternativa de los 90. Allá por 1998, en la época en que el tremendo Ripper sustituyó a Halford, Judas fue a Monterrey en plena gira del Jugulator y pude verlos por vez primera. En mis recuerdos vive la noche del concierto de aniversario de British Steel en la Universidad de San Diego, pero nada comparable a la velada del Epitaph, en primerísima fila del auditorio de Chula Vista, bajo cielos rojo-sangre.
Friday, April 06, 2012
¿Hay algo más adecuado para un Viernes Santo que el Beso de Judas? Mi más ancestral recuerdo visual de Judas Priest, era un poster que había en el cuarto de mi tío José Manuel allá por 1979-1980. Mi más ancestral recuerdo sónico, se remonta al Defenders of The Faith en 1984. Heavy Metal en estado puro. Más de una vez he dicho (y no pienso desdecirme ahora) que si tuviera que elegir un solo disco para definir la esencia más pura del Heavy, me llevaría a una isla desierta el Painkiller, ese canto de cisne metalero, digna despedida de una década gloriosa antes de entrar a la crisis alternativa de los 90. Allá por 1998, en la época en que el tremendo Ripper sustituyó a Halford, Judas fue a Monterrey en plena gira del Jugulator y pude verlos por vez primera. En mis recuerdos vive la noche del concierto de aniversario de British Steel en la Universidad de San Diego, pero nada comparable a la velada del Epitaph, en primerísima fila del auditorio de Chula Vista, bajo cielos rojo-sangre.
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