La Fundidora siempre estuvo ahí. El silbato de las seis de la tarde fue parte de nuestra vida cotidiana en ese Monterrey que hace tanto se fue. Allá por 1986 estalló la huelga, la fábrica cerró sus puertas, los obreros quedaron en la calle y los hornos se transformaron en elefante blanco. Se oxidaron durante años, hasta que a alguien se le ocurrió convertirlo en parque. INXS inauguró el teatro, luego llegó Scorpions y tantos más. Hoy Fundidora es simplemente irreconocible. Esta noche conocí a Luca. Fuego, chispas de soldador, numeralia en las pantallas, una soprano en las chimeneas, obreros colgando de mecates y un gigante sostenido por hilos. No se si el Fórum sirva de algo o si acaso cambie en algo el pétreo espíritu de los regios, pero por este performance de Luca y por Isis vale la pena ir a Fundidora.
Thursday, November 29, 2007
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