Jeffe Atta El secreto de la Casa Blanca
Pilar Urbano
Por Daniel Salinas
Confieso sentir una sistemática desconfianza hacia los libros supuestamente reveladores sobre temas de actualidad. Esas súper novedades editoriales que ofrecen grandes investigaciones periodísticas prometiendo mostrar verdades escandalosas me resultan las más de las veces un platillo muy poco atractivo y por ser libros de oportunidad, diseñados a la carrera para vender tan de prisa como sea posible, a menudo su fecha de caducidad suele llegar demasiado pronto. En honor a la verdad, para temas de actualidad nada como los periódicos y las revistas. Sin embargo siempre hay por ahí alguna excepción que se encarga de hacer pedazos los prejuicios.
Tal fue el caso del libro de la colega periodista española Pilar Urbano, ?Jefe Atta. El secreto de la Casa Blanca?. En un tema mil veces machacado al que le sobran expertos improvisados, teóricos de ocasión, visionarios apocalípticos y charlatanes con vocación de Nostradamus, Pilar Urbano sacó agua del pozo y nos regaló un señor librazo, de esos que no caducarán fácilmente.
Entre tantas arengas y lamentos patrioteros paridos por los periodistas estadounidenses, surge la visión crítica de una española que, como dijera García Márquez, le tuerce el cuello al ganso o le da otra vuelta más a la tuerca de James y nos entrega un magistral relato sobre el 11 de septiembre de 2001. Un relato por demás ambicioso pues más allá de la recreación de la tragedia en el plano anecdótico, nos sumerge hasta las entrañas de sus autores. ¿Quién era realmente ese joven egipcio llamado Mohammed Atta? ¿Qué pudo motivarlo a cometer el atentado terrorista que le torció el rumbo a la historia contemporánea? ¿Dónde germinó todo? ¿Cuál fue la semilla? Pilar Urbano se vale de esa técnica, género o arte al que algunos llaman nuevo periodismo. Es reportaje, es investigación, periodismo en estado puro, pero por momentos nos hace creer que estamos leyendo una novela de la más deliciosa ficción. Licencias literarias aparte, que sin duda las habrá pues el buen reportero siempre debe dejar algún sobrante para las musas, lo cierto es que la de Pilar Urbano es, con todo y su carga de intimidad, una gran investigación.
Un reportaje redondo, una severa crítica y una excelente historia de no ficción, humana, dolorosamente humana, sin ángeles ni demonios, sin imperios del mal ni justicias infinitas. El libro está dedicado a las víctimas de Mohammed Atta y su célula, pero también, y ojo con esto, a las víctimas de George W. Bush y su ejército. No destruyas al enemigo, destruye la enemistad, dice el epígrafe, pero cuando dos fanáticos ciegos se enfrentan en guerra santa, la última tabla de salvación es la del periodista objetivo que no se traga cuentos de operaciones liberadoras y sácros imperios combatiendo encarnaciones satánicas. Y no, por favor no vaya usted a creer que es algo parecido a los motivos del lobo o la apología de Mohammed Atta. Nada más alejado de eso. Es simplemente un gran reportaje y como todo buen reportaje, debe mostrar en su más cruda y absurda desnudez la amalgama de sentimientos, pasiones e intereses que es el ser humano. Quiere usted leer un buen libro sobre el 11 de septiembre, no se lo piense dos veces. Mal que bien, sea tragedia o cliché, encarnación mediática o auténtico Apocalípsis, ese par de torres le dejaron una marca con hierro ardiente a nuestro mundo. Vaya , usted que está leyendo ésto, sin duda recuerda bien lo que estaba haciendo la mañana de aquel martes. Digamos que este libro es como un equipo de buceo para sumergirse en las profundidades de lo que sucedió.
Pilar Urbano
Por Daniel Salinas
Confieso sentir una sistemática desconfianza hacia los libros supuestamente reveladores sobre temas de actualidad. Esas súper novedades editoriales que ofrecen grandes investigaciones periodísticas prometiendo mostrar verdades escandalosas me resultan las más de las veces un platillo muy poco atractivo y por ser libros de oportunidad, diseñados a la carrera para vender tan de prisa como sea posible, a menudo su fecha de caducidad suele llegar demasiado pronto. En honor a la verdad, para temas de actualidad nada como los periódicos y las revistas. Sin embargo siempre hay por ahí alguna excepción que se encarga de hacer pedazos los prejuicios.
Tal fue el caso del libro de la colega periodista española Pilar Urbano, ?Jefe Atta. El secreto de la Casa Blanca?. En un tema mil veces machacado al que le sobran expertos improvisados, teóricos de ocasión, visionarios apocalípticos y charlatanes con vocación de Nostradamus, Pilar Urbano sacó agua del pozo y nos regaló un señor librazo, de esos que no caducarán fácilmente.
Entre tantas arengas y lamentos patrioteros paridos por los periodistas estadounidenses, surge la visión crítica de una española que, como dijera García Márquez, le tuerce el cuello al ganso o le da otra vuelta más a la tuerca de James y nos entrega un magistral relato sobre el 11 de septiembre de 2001. Un relato por demás ambicioso pues más allá de la recreación de la tragedia en el plano anecdótico, nos sumerge hasta las entrañas de sus autores. ¿Quién era realmente ese joven egipcio llamado Mohammed Atta? ¿Qué pudo motivarlo a cometer el atentado terrorista que le torció el rumbo a la historia contemporánea? ¿Dónde germinó todo? ¿Cuál fue la semilla? Pilar Urbano se vale de esa técnica, género o arte al que algunos llaman nuevo periodismo. Es reportaje, es investigación, periodismo en estado puro, pero por momentos nos hace creer que estamos leyendo una novela de la más deliciosa ficción. Licencias literarias aparte, que sin duda las habrá pues el buen reportero siempre debe dejar algún sobrante para las musas, lo cierto es que la de Pilar Urbano es, con todo y su carga de intimidad, una gran investigación.
Un reportaje redondo, una severa crítica y una excelente historia de no ficción, humana, dolorosamente humana, sin ángeles ni demonios, sin imperios del mal ni justicias infinitas. El libro está dedicado a las víctimas de Mohammed Atta y su célula, pero también, y ojo con esto, a las víctimas de George W. Bush y su ejército. No destruyas al enemigo, destruye la enemistad, dice el epígrafe, pero cuando dos fanáticos ciegos se enfrentan en guerra santa, la última tabla de salvación es la del periodista objetivo que no se traga cuentos de operaciones liberadoras y sácros imperios combatiendo encarnaciones satánicas. Y no, por favor no vaya usted a creer que es algo parecido a los motivos del lobo o la apología de Mohammed Atta. Nada más alejado de eso. Es simplemente un gran reportaje y como todo buen reportaje, debe mostrar en su más cruda y absurda desnudez la amalgama de sentimientos, pasiones e intereses que es el ser humano. Quiere usted leer un buen libro sobre el 11 de septiembre, no se lo piense dos veces. Mal que bien, sea tragedia o cliché, encarnación mediática o auténtico Apocalípsis, ese par de torres le dejaron una marca con hierro ardiente a nuestro mundo. Vaya , usted que está leyendo ésto, sin duda recuerda bien lo que estaba haciendo la mañana de aquel martes. Digamos que este libro es como un equipo de buceo para sumergirse en las profundidades de lo que sucedió.