Eterno Retorno

Friday, September 10, 2004

Queequeg y el tatuaje

Ahora que estuve leyendo los breves cuentos titulados Tatuaje del taller Hipertextos, reflexioné en torno al sentido que la tinta en la piel tiene para todos nosotros. Sin duda un sentido muy distinto el que le empezamos a dar a partir de 1989 o 90, cuando el tatuaje dejó de ser asunto de presidiarios, marineros o cholos, para transformarse en parte de la estética de las chicas fashion.
Entonces recordé que mi primer conocimiento teórico del concepto tatuaje fue a través de la literatura, concretamente del libro Moby Dick de Hermann Melville que leí en mi niñez.
Para ser más específico, mi conocimiento de la palabra tatuaje se dio en el capítulo en que Ismael conoce a Queequeg en la habitación de la posada y describe su cuerpo tatuado. Mi edición de Moby Dick era ilustrada y aún recuerdo la imagen del salvaje llena de dibujos tribales. Desde entonces, el concepto tatuaje me remite a la imagen de Queequeg.


La primera vez que encontré la palabra tatuaje como título literario, fue en 1992 y me refiero concretamente al poema Tatuaje Púrpura, escrito por el poeta regiomontano Gerardo Ortega. Paradójicamente el tatuaje al que alude el poema de Ortega es un tatuaje metafórico que está en el pecho del amante y desaparece qcuando es abandonado por Laura, un suspiro después.

Por lo demás, he de confesar que me siento gratamente sorprendido por varios de los cuentos incluidos en esta etapa del taller. Esperen mis comentarios.