Pasos de Gutenberg
Por Daniel Salinas Basave
Hace unos años, concretamente en la primavera de 2001, entrevisté en San Diego al General Rosso José Serrano, quien fuera el jefe de la Policía Nacional de Colombia en la década de los noventa.
En aquella ocasión, el General me regaló su libro ?Jaque Mate?, en donde narra la forma en que logró desarticular al temible Cartel de Cali.
Cuando le pregunté cómo se podía combinar la labor de zar antidrogas con la de escritor, Serrano me confesó que él en realidad entendía poco de redacción y que para la elaboración del libro había contado con la ayuda de un joven periodista colombiano, cuya pluma era más que una promesa: Santiago Gamboa.
Hace unos días, deambulando por la librería del Cecut, me topé por vez primera con un libro del joven periodista que asesoró a Serrano y de inmediato lo compré.
La primera gran sorpresa que me llevé al leer ?El cerco de Bogotá? de Santiago Gamboa, es que no se trata de una novela, sino de un conjunto de relatos.
?El cerco de Bogotá?, único al que alude la breve reseña de la contraportada, es sólo el primero y más largo de los seis relatos que conforman el libro. También el único escrito en tercera persona.
Aunque estamos ante un texto de literatura de ficción que no pretende revelar verdades, desde los primeros párrafos puede uno descubrir la pluma de un periodista.
De hecho, ?El cerco de Bogotá?, es una suerte de homenaje a los reporteros del mundo, pues el punto en común de los relatos, es que en todos se relatan de una u otra forma las peripecias que debemos llevar a cabo los comunicadores en plena persecución de la noticia, la crónica o el reportaje.
Aún así y pese a sentirme más o menos identificado con casi todas las narraciones, he de decir que al final me quedo con un calificativo de ?bueno a secas?.
Pese al prometedor comienzo del primer relato que me hacía augurar un libro inolvidable, al final me quedo con la sensación de que el colega Gamboa se quedó a medias en las posibilidades que le daban los textos.
La escena de una bella reportera islandesa que despierta desnuda y con resaca en la cama de un hotel de una Bogotá devastada por la guerrilla introduce al lector de forma vertiginosa a la narración.
¿Ficción pura o funesto presagio? La cuestión es que Gamboa nos presenta la historia de una capital colombiana en llamas tomada por la guerrilla con un gobierno derrocado que ha huido a Cartegena.
Más introspectivos y cortos, los textos restantes narrados en rigurosa primera persona, se centran en el diálogo interno del reportero que viaja a otro país a cubrir conflictos bélicos o eventos políticos.
De ellos el mejor me parece ?Urnas? y ?Muy cerca del mar te escribo?, en donde se relata la cobertura de una elecciones en un Argel asolado por los extremistas islámicos, mientras que ?Clichy-, días de vino y rosas?, me parece el más débil de todos.
Al final, me quedo con la sensación de haber leído un buen libro, pero con la certeza de que pudo ser mucho mejor.
El cerco de Bogotá
Santiago Gamboa
Ediciones B
Por Daniel Salinas Basave
Hace unos años, concretamente en la primavera de 2001, entrevisté en San Diego al General Rosso José Serrano, quien fuera el jefe de la Policía Nacional de Colombia en la década de los noventa.
En aquella ocasión, el General me regaló su libro ?Jaque Mate?, en donde narra la forma en que logró desarticular al temible Cartel de Cali.
Cuando le pregunté cómo se podía combinar la labor de zar antidrogas con la de escritor, Serrano me confesó que él en realidad entendía poco de redacción y que para la elaboración del libro había contado con la ayuda de un joven periodista colombiano, cuya pluma era más que una promesa: Santiago Gamboa.
Hace unos días, deambulando por la librería del Cecut, me topé por vez primera con un libro del joven periodista que asesoró a Serrano y de inmediato lo compré.
La primera gran sorpresa que me llevé al leer ?El cerco de Bogotá? de Santiago Gamboa, es que no se trata de una novela, sino de un conjunto de relatos.
?El cerco de Bogotá?, único al que alude la breve reseña de la contraportada, es sólo el primero y más largo de los seis relatos que conforman el libro. También el único escrito en tercera persona.
Aunque estamos ante un texto de literatura de ficción que no pretende revelar verdades, desde los primeros párrafos puede uno descubrir la pluma de un periodista.
De hecho, ?El cerco de Bogotá?, es una suerte de homenaje a los reporteros del mundo, pues el punto en común de los relatos, es que en todos se relatan de una u otra forma las peripecias que debemos llevar a cabo los comunicadores en plena persecución de la noticia, la crónica o el reportaje.
Aún así y pese a sentirme más o menos identificado con casi todas las narraciones, he de decir que al final me quedo con un calificativo de ?bueno a secas?.
Pese al prometedor comienzo del primer relato que me hacía augurar un libro inolvidable, al final me quedo con la sensación de que el colega Gamboa se quedó a medias en las posibilidades que le daban los textos.
La escena de una bella reportera islandesa que despierta desnuda y con resaca en la cama de un hotel de una Bogotá devastada por la guerrilla introduce al lector de forma vertiginosa a la narración.
¿Ficción pura o funesto presagio? La cuestión es que Gamboa nos presenta la historia de una capital colombiana en llamas tomada por la guerrilla con un gobierno derrocado que ha huido a Cartegena.
Más introspectivos y cortos, los textos restantes narrados en rigurosa primera persona, se centran en el diálogo interno del reportero que viaja a otro país a cubrir conflictos bélicos o eventos políticos.
De ellos el mejor me parece ?Urnas? y ?Muy cerca del mar te escribo?, en donde se relata la cobertura de una elecciones en un Argel asolado por los extremistas islámicos, mientras que ?Clichy-, días de vino y rosas?, me parece el más débil de todos.
Al final, me quedo con la sensación de haber leído un buen libro, pero con la certeza de que pudo ser mucho mejor.
El cerco de Bogotá
Santiago Gamboa
Ediciones B