No estoy del todo de acuerdo con lo que señala Homero Aridjis en torno a la Santísima Muerte. Me parece una definición superficial, sensacionalista y muy poco coherente. Me parece que se asusta ante la imagen de la Blanquita- Aquí transcribo textualmente algo de lo que dice el poeta:
Como la Santa Muerte es la imagen feroz de la muerte violenta es lógico que su culto haya cundido entre los narcotraficantes, los secuestradores, las prostitutas, los rateros, los policías judiciales y hasta entre los niños de la calle. O sea, la veneran todos aquellos que viven al margen de la ley, están expuestos a la traición de sus aliados o a la venganza de sus enemigos, pues la Santa Muerte no sólo puede protegerlos de traiciones y emboscadas, sino también puede ser un agente a su favor contra sus enemigos, causándoles males o la muerte. De alguna manera es una virgen santa en la religión del crimen.
No coincido con Homero. Me desagrada un tanto su enfoque-
No tienes que ser un narco o una puta para respetar a La Muerte y saber que es lo único absolutamente real que hay en este Mundo. Es lo único que de verdad te pertenece, lo único irrenunciable, la única compañera fiel que va a tu lado en cada momento de este soplo efímero llamado existencia.
Como la Santa Muerte es la imagen feroz de la muerte violenta es lógico que su culto haya cundido entre los narcotraficantes, los secuestradores, las prostitutas, los rateros, los policías judiciales y hasta entre los niños de la calle. O sea, la veneran todos aquellos que viven al margen de la ley, están expuestos a la traición de sus aliados o a la venganza de sus enemigos, pues la Santa Muerte no sólo puede protegerlos de traiciones y emboscadas, sino también puede ser un agente a su favor contra sus enemigos, causándoles males o la muerte. De alguna manera es una virgen santa en la religión del crimen.
No coincido con Homero. Me desagrada un tanto su enfoque-
No tienes que ser un narco o una puta para respetar a La Muerte y saber que es lo único absolutamente real que hay en este Mundo. Es lo único que de verdad te pertenece, lo único irrenunciable, la única compañera fiel que va a tu lado en cada momento de este soplo efímero llamado existencia.