Desde mi niñez no voy a un dentista. Creo que la última vez que acudí a uno fue en el orwelliano y heavymetalero año del señor 1984. Hace unos días mi muela derecha suele recordarme que existe y me da muestras, apenas probaditas, de todo el dolor que podría ser capaz de producirme si un día le caigo mal.
Monday, June 09, 2003
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