¿Hasta que punto influye en tu vida un blog? En mi caso es una adicción, nueva en su forma aunque no en su fondo. Desde los diez años de edad mantengo un diario que más allá de una narración de los hechos de mi vida, es un vomitorio. Tengo una imperiosa necesidad de desparramar ideas y sentimientos en palabra escrita. Tal vez el blog tiene algo de exhibicionista, pero no tiene pretensiones ni motivaciones específicas. Cuando la gente me pregunta cual es la razón por la que hago esto, les digo que lo hago porque sí. No todo en la vida tiene una explicación ni espero llegar a ninguna parte. No pretendo ser parte de una comunidad ni integrarme a nada. Escribo en español porque es el idioma que hablo e incluyo generalmente temas de literatura, metal y futbol porque son los tópicos que más me interesan en este mundo. Narro pasajes de mi vida en Tijuana porque resulta que aquí vivo, pero no suelo narrarlos todos y no es por autocensura; simplemente porque algunos hechos nomás no me interesan. Por ejemplo, hablo muy poco de mi trabajo periodístico porque lo que en este espacio busco, precisamente, es desintoxicarme de una labor que es estresante como pocas.
Coincido con las palabras de Mónica Arreola. Cito textualmente: “El blog: un escape a lo que necesito decir, lo que necesitamos decir, sabemos que necesitamos ser escuchados, leídos, por eso estamos aquí.
¿A quien le importa como lo escribes?, no tenemos censura, no tenemos editores. Nosotros decidimos lo que queremos decir”. Totalmente de acuerdo.
Desafortunadas en cambio me parecen las palabras de Fran Ilich, quien pretende poner parámetros normativos de lo que debe ser un blog. Cito textualmente: “¡Es que llevar un weblog no es solo escribir, parece que no se dan cuenta de nada! Si tiene otras muchas dimensiones esto, es porque hay que trabajar con esas otras muchas dimensiones. Si vas a contar tu vida, procura que haya algo en tu vida que contar.... Y es que en verdad, después de leer algunos blogs, me queda bastante claro porque les han cerrado las puertas del oscuro mundo editorial impreso”. ¿O sea que si no hay nada interesante que contar no tengo derecho a escribir? ¿O que quiso decir Fran? Su vida es acaso un modelo de emociones y acción?
Con toda honestidad me parecen muy pendejas sus apreciaciones, raro en un blog que considero de los más inteligentes. Por fortuna el lenguaje es propiedad comunal. Ya nada más falta que el capitalismo nos quiera vender el derecho de uso de lenguaje. Las palabras son de todos y cada quien sabe como las maneja. Seamos realistas, escribir es muy fácil, cualquiera puede hacerlo. Hoy en mi clase de periodismo narrativo lo comprobé una vez más: Reporteros de deportes por los que yo no apostaba un centavo se despacharon con un par de historias muy apetecibles. En lo personal, creo que cada quien puede hacer de su blog un cacahuate. Si tu decides que tu blog va a ser un espacio para escribir mil veces la frase me gusta la mierda, pues bienvenido. Creo que hasta ahora nadie me ha encañonado con una pistola para que lea o escriba. Por lo demás, anoche comprobé que esto es una excelente terapia. Me sentía emocionalmente destrozado (los no regios y los no afiiconados al futbol jamás comprenderán en que medida) y lo único que me nació para canalizar mi rabia y mi desolación, fue vomitarla en esta espacio. Ni modo, pare eso es.