Eterno Retorno

Wednesday, February 26, 2003


ARRIBA LOS TIGUERES

Estoy demasiado ocupado vaciando una entrevista y de cuando en cuando abro un blog para distraerme. Pero hay una causa de fuerza mayor que me obliga a escribir en este momento y sin demora. Abro el blog de Mister Phuy y me doy cuenta que en 1979, este señor cometió el error más grave de su vida: No hacerse Tigre. Si se hubiera decidido a vestir la piel del majestuoso felino mayor y no del gatito de las montañas del Pedregal, su vida hubiera cambiado. Porque se es Tigre por la eternidad, en cualquier circunstancia y en todo estado de la mente. Mis convicciones políticas han cambiado, mis objetivos y metas en la vida se modifican constantemente, pero mi amor a los Tigres de la UANL es infinito e inmutable.
Finalmente, puedo asegurar que Phuy y yo estuvimos haciendo lo exactamente lo mismo hace casi 21 años una tarde de domingo de mayo en 1982 (que no 1979 conste) semanas antes del mundial de España. Por primera vez en la historia de nuestro futbol, el título de definía desde el punto maldito. El flamante tercer portero de la Selección de Argentina, miraba con desprecio a San Mateo Bravo, portero suplente de Pilar Reyes, mientras Cabinho se preparaba para romper la red. Pero no contaban con San Mateo. Recuerdo a Sergio Orduña parado frente a la pelota, batiendo a Lavolpe y gritando CAMPEONES, por segunda vez. Nuestro primer título fue en 1978, semanas antes del desafortunado mundial de la dictadura, contra el equi-po de los amores de Mr Phuy. Los Pumas de la UNAM. 2-0 en San Nicolás y 1-1 en el Pedregal. Primer título de Liga para la Ciudad de Monterrey.
Tigres y yo hemos crecido paralelos. Yo nací el 21 de abril de 1974. Un mes después, Tigres ascendía a Primera División venciendo a los Leones Negros por global de 3-2. El día 13 de julio, cuando yo tenía dos meses y 22 días de nacido, Tigres jugó su primer partido en la Primera División y fue nada menos y nada más que contra la mierda rayada. Juanito Ugalde ano-tó el primer gol Tigre en Primera División y el primero en la historia de los clásicos. 3-3 marcador final.
Desde entonces a la fecha he tolerado de todo, incluido un injusto descenso a la Primera A en 1996, el año que fuimos campeones de Copa contra Atlas. Un retorno meteórico y sigue la mata dando.
Mr Phuy, debiste entrar a la camada Tigre en aquel mítico año. Hubieras tenido tu bautizo de fuego una tarde de sábado en el Estadio Universitario de San Nicolás de los Garza gritando T-I-G-U-E-R-E-S. (Porque el buen aficionado felino no pro-nuncia tigre sino tiGUEre) Sabrías lo que es la plenitud existencial, el absoluto Carpe Diem de cada gol (Yo estuve presente en el México 68 cuando Tuca batió al América en 1991 y no se siente lo mismo, jamás) Tendrías como yo más 15 diferentes camisas amarillas con azul de distintas épocas. Entenderías lo que es festejar cada gol en contra de la mierda rayada como si fuera tuyo. En fin ¿como explicar la eternidad? Podría cambiar de nacionalidad, podría empezar a creer en algún dios, dejar el periodismo, pero jamás, jamás dejaré de ser Tigre.