Ser o no canonizado marca el umbral entre la apoteosis y la podredumbre
Las
décadas trascurren, las generaciones se renuevan, pero al final del viaje los
cánones siguen tronando sus chicharrones. Tú sí, tú no. Una antigua ley.
Las
listas de fin de año contribuyen a nuestro equilibrio emocional. Por supuesto,
haremos corajes. Eso está más que presupuestado. La esencia de las listas yace
en las rabietas provocas por su
natural inequidad, pero al final
volvemos a recurrir a ellas.
Me
atrevo a decir que en cualquier tópico o materia de interés general existen
procesos de canonización. Ser o no canonizado marca el umbral entre la
apoteosis y la podredumbre.
Asumo
que en mil y un tópicos que no me interesan y en torno a los cuales soy un
consumado ignorante existen listas y tablas de posiciones. Debe haber un canon
anual de maquiladoras o empresas de software y sin duda un millenial tiene
noches de insomnio porque su starup se juega un premio de emprendimientos
innovadores que se otorga anualmente a empresas emergentes sobre las cuales no
tengo la menor idea de lo que hacen y aún si me lo explicaran no lo entendería.
Todo en
la vida tiene su tabla de clasificación y la literatura no tenía por qué ser diferente. De hecho a la literatura le
obsesionan las clasificaciones. Las listas de diciembre te infestarán con los
cien o los cincuenta o los diez mejores libros del año. Si al menos
improvisaran números nones un poco menos predecibles: digamos las veintitrés o
los cuarentaisiete novelas del 2022 que
debes leer si no quieres ser un outsider absoluto o un jodido pasado de moda.
Bueno, al menos la sub 39 de Bogotá eligió un número non, pero lo hizo porque
los 39 años son el último reducto antes de pasar a la descarada, decrépita y
cuarentona adultez. Los 39 mejores
escritores menores de 39 años a los que sí o sí debes leer.
Si no los has leído entonces estás fuera. Eres la caducidad
encarnada.
A ello
súmale un una caterva de volúmenes con
los mil libros imprescindibles o las chorrocientas lecturas que transformaron la historia de la
humanidad. ¿Estás o no estás? ¿Apareces o quedaste fuera? Ser o no ser.
Canonizado simplemente beatificado. Deidad o simple mortal. Esto es palabra de
dios. Esto no.