Claro Arriaga, claro que leo por puro goce. ¿Acaso hay otra forma de leer?
Lee. Sé un lector omnívoro y hedonista. Lee de todo y
hazlo por puro y vil principio del placer. Solo por placer, nunca por
obligación. Lo único que justifica esta pasión es el disfrute. Lo importante es
tratar de liberarse de prejuicios a la hora de empezar a leer. Lo otro es
adoctrinamiento, catecismo, enajenación mental. Claro Arriaga, claro que leo
por puro goce. ¿Acaso hay otra forma de leer? ¿Te parece un acto odiosamente
burgués, puro y vil consumismo capitalista? Pues lo tuyo apesta a lavado
cerebral, a “la letra con sangre entra”, a enajenante evangelización. Leo tus
conceptos e imagino a millones de estudiantes chinos perorando como autómatas
el libro rojo de Mao o a mojigatos evangélicos recitando sus biblias, sus
ridículas cartillas morales o sus credos merolicos. Claro que leer es un acto
de emancipación. Tan emancipado estoy gracias a la lectura, que no caigo en la
trampa de dioses, caudillos mesiánicos o peroratas populistas. Soy lector y
anticipo siempre la perpetua duda frente al dogma. No olvides nunca que el
lector es el personaje más fascinante y enigmático del universo literario.
Siéntete orgulloso de ser lector. Ser lector es lo más emocionante de esta
aventura. La lectura es el verdadero acto de embrujo, el viaje que nunca
termina. Leer es un fin en sí mismo, aunque es también un medio. Es el viaje,
pero es también el destino. Aunque leer no sirviera de nada yo leería, porque
el placer no requiere justificar su utilidad. Ser lector en México ha implicado
siempre un desafío, un navegar a contracorriente enfrentando la censura o el
espíritu de la época. Ser lector en México era un acto subversivo; ahora es una
extravagancia. Los lectores somos una estirpe de tercos y aferrados. ¿Por qué
en 2021 una persona opta por leer un libro cuando a su alcance hay mil y una
alternativas de entretenimiento y evasión? ¿Por qué un bibliófilo sigue
pepenando libros cuando su biblioteca está sobresaturada y sabe que no le
alcanzarán dos vidas para leer todo su acervo? ¿Sabes por qué Marx? Porque
leemos por puro goce, por puro y vil placer. Porque somos una estirpe de
hedonistas, no unos merolicos adoctrinados. Porque la pasión por la lectura
derrumba cualquier barrera. Cada lector es un enigma y este aferre por tomar
las veredas de furtivas palabras renace en los entornos y en las formas más
adversas e improbables, como esas matitas verdes que de la nada y contra todo,
surgen de pronto en medio del cemento.