La Universidad Xochicalco Ensenada me abrió sus puertas la semana pasada. Desde la primavera de 1996, cuando obtuve mi cédula y título profesional, no he vuelto a pisar un aula como alumno, lo cual constituye una de las grandes deudas de mi vida, pero por fortuna he corrido la milla dando charlas en universidades de aquí para allá. Nunca he dicho no a la invitación de una universidad. Con lluvia y truenos yo siempre acudo. He ido unas cuantas veces a la UABC, otras tantas al CUT, a la UDC, a la Lázaro Cárdenas, a la Católica de San Diego, a la State University de San Diego y a Pomona. Sin embargo nunca había ido a la Xochicalco y la verdad ha sido una grata experiencia. Lo que en verdad retribuye, es siempre la participación de los alumnos y la capacidad de charlar. La mayoría de los asistentes eran alumnos de Psicología que hicieron interesantes preguntas. Yo llego con mi taza vacía y salgo de ahí con mi taza llena. Otro detalle: tradicionalmente, las universidades estadounidenses suelen retribuir económicamente por las charlas y conferencias, pero de este lado de la frontera se da por hecho que todo es de buena voluntad. Para mí no es factor y voy a donde me invitan por el puro placer de compartir ideas, pero me pareció un fino detalle el que la Xochicalco haya ofrecido honorarios por mi participación. Eso habla bien de ellos, de su profesionalismo y del respeto que sienten por el trabajo del invitado. Una grata experiencia.
Demasiadas señales de la fragilidad de la vida. Demasiados mensajes para que nos se nos ocurra creernos eternos. La Muerte anda por ahí y parece que anda haciendo guiños. “Nunca olviden que camino a su lado, que soy la única compañera omnipresente. La mejor consejera.” Only Death is Real
Y yo ya no esperaba nada, entre las risas del Aquelarre, el Diablo y la Muerte se me fueron amigando, ahí donde dobla el viento y se juntan los ocasos y ahí donde brinda la vida en la esquina de mi barrio. La Renga El Diablo y la Muerte
Vaya manera de terminar la reseña de un concierto: "El hambre no solo muerde en el Tercer Mundo, sino que ya lo hace aquí, y la desesperanza no solo es negra, sino cada día más blanca, más nuestra y más árida, desacostumbrados a ella como estamos. El mundo está cambiando y la mirada sobre él ha de evolucionar”.
Barreto
Más allá de sus defectos y virtudes e independientemente de las simpatías o antipatías que despertara, nadie puede negar que Gregorio Barreto Luna fue un pintoresco personaje de Tijuana cuya historia de vida podría perfectamente haber inspirado a un creador de ficciones literarias. Su figura encarna un liderazgo de otro tiempo. En una época en que al PRI le ha dado por vender líderes con exceso de maquillaje e hipócritas frasecitas ensayadas, el Goyo fue, ante todo, un hombre auténtico que se presentaba tal como era: franco, rudo y sin tapujos. La falsedad no era lo suyo.
Matanza
Urge poner sobre la mesa de una manera más seria y contundente el tema de las regulaciones del comercio de armas en los Estados Unidos. No solamente porque esas armas suelen acabar en manos de criminales al Sur de la Frontera, sino porque con esas armas se están desangrando ellos mismos. “Esta violencia y este mal no tienen ningún sentido”, dijo el Presidente Barack Obama. Cierto, no tienen ningún sentido, pero psicólogos, sociólogos y documentalistas no aciertan a responder en qué se está fallando y Obama bien podría repetir las palabras de Hámlet: “Hay algo podrido en mi reino”.
Saturday, July 21, 2012
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