No sleep til Cholula
Vine a Cholula porque me dijeron que en la Universidad de las Américas habían leído El Samurái de la Graflex y bueno, todo hace indicar que sí lo leyeron y además, por los comentarios que me hicieron, tengo la ligera impresión de que les gustó. El Samu fue elegido como lectura del semestre en la UDLAP, me invitaron a compartir la historia de viva voz y el resultado fue simplemente chingón. Al auditorio de la Universidad le caben 700 personas y yo no vi un asiento vacío. Mi gratitud con Martín, con Yvonne, con Luis Miguel e Israel por tan cálida bienvenida. Este viaje relámpago a Puebla parecía imposible en este momento y sonaba a utopía. Les aseguro colegas que hacía muchísimos años que no estaba tan ocupado y estresado como lo he estado en los últimos dos meses desde que volvimos de Japón. Sin embargo me subí al avión y el resultado fue uno de los mejores eventos de los que tengo memoria. Hay días que conectas y hoy simplemente conecté. El sello rojo japonés hizo su debut y fue colocado sobre unos 150 libros. Justo cuando más metido tengo en la cabeza que la literatura es arado marino e iglú en el desierto, cuando pienso que es una estupidez y que es mejor bajarme ya de este barco, de pronto tengo una tarde como esta y el mensaje es claro: no te bajes. Hay cosecha en el arado marino.