40 velitas para Esclavo del Poder
¿Cuál es mi disco favorito de mi banda favorita? Está muy cabrón responder a esa pregunta habiendo tantas obras tan chingonas creadas por la Doncella, pero si me obligaran a quedarme con uno solo, Powerslave es un serio candidato. Yo lo tengo en un altar como uno de los mejores álbumes en toda la historia de la música. Fue mi primer disco de Iron Maiden en mi colección, me ha acompañado desde la preadolescencia hasta el medio siglo de vida y nunca me ha dejado de prender y emocionar. Su apertura épica con Aces High, dedicada a los pilotos mártires de la Batalla de Inglaterra es uno de los arranques más contundentes y demoledores para un disco y un concierto. Cierto, mi primer romance fue con 2 Minutes to Midnight, pero con el tiempo le he tomado un cariño especial a Flash of the Blade y Back to the Village, tal vez porque jamás han sido tocadas en vivo. Gracias a la homónima Powerslave me clavé en la leyenda de las faraones y gracias a The Rime of the Anciet Mariner conocí a Samuel Taylor Coleridge (y tuve la dicha de escuchar tocar la rola completa en vivo en Los Ángeles en 2008)