Eterno Retorno

Wednesday, August 16, 2023

Disertaciones de una familia gaijin tras su primera mañana en Tokio

 



 

1- Los espectros del jet-lag no son una leyenda nipona. El efecto Lost in Translation existe. Vaya que existe. Anoche llegamos molidos después de cruzar el Pacífico. Caí en una suerte de black out, pero fue como una siesta de dos horas y media. Desperté con la extrañeza absoluta de estar donde estábamos y antes de las cinco de la mañana yacía cazando el alba por el rumbo de Ginza.

2- El espíritu de un pueblo habita en los mercados populares y el mercado de mariscos es un caleidoscopio alucinante de sabores. Salado hedonismo paladear el erizo en estado puro, las mil y una variantes de pescados y calamares secos.

3- Árboles, calles limpias y gente en extremo respetuosa. Cada pequeña acción, hasta la más simple, es una ceremonia.

4- La habitación provee absolutamente todo y de sobra en enseres de limpieza. Te provee pijama, pantuflas, cepillos de dientes y pelo. Lo único magro es el espacio.

5- Primer contratiempo del viaje. A esta hora deberíamos estar viajando a Kioto, pero un tifón afectó la región central y alteró por completo las salidas de los trenes. Aquí estamos varados en la estación y todo indica que permaneceremos una noche más en Tokio. La tierra natal de Murakami tendrá que esperarnos un día más.