Mil madrugadas, mil insomnios y mil cuartos que son uno mismo, tomadas por las mórbidas imágenes que irrumpen entre la tropa de minutos zombie. Una habitación en Washington o en Gómez Palacio; en Shanghái o en Xalapa. Oscuridades pobladas por amigos imaginarios e inoportunos visitantes. Un caminar sonámbulo por la madrugada juarense en busca de un yogur para beber, un deambular autómata por Paseo de la Reforma a las cuatro de la mañana buscando un elíxir para mi infierno estomacal. Hoteles, aeropuertos, obsesiones e historias nonatas insinuándose como putas petulantes
Saturday, September 28, 2019
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