WAR I
Eres el hijo menor en una familia de soldados del sur de California y en casa amamantas historias de guerra cuando apenas comienzas a hablar. La palabra War se inhala y exhala en tu familia. ¿De qué más puede hablarse en a la hora de la cena? ¿Cuál es el tema en un domingo cualquiera? La guerra, siempre la guerra. La que fue, la que es y la que viene.
De tus hermanos heredas un arsenal de juguetes bélicos. Tanques y ametralladoras de plástico y varios cientos de soldaditos a los que formas en trincheras cavadas con tu pequeña pala en el jardín delantero. En aquellos años sin videojuegos lo común es que los niños jueguen a la guerra y emulen las hazañas de sus padres soldados.
Una íntima ceremonia de convivencia familiar es reunirse frente a la televisión para ver la serie Combat en ABC. Ni siquiera has entrado a la escuela y ya puedes recitar de memoria las hazañas del Sargento Chip Saunders y del Teniente Gil Hanley. Es emocionante ver en la pantalla todos esos tanques y aviones sabiendo que papá estuvo ahí. Saunders y Hanley son actores, pero papá es un soldado de cepa y él ha recorrido una Europa en llamas luciendo el mismo uniforme que usan en Combat, subido en un tanque igualito al de la tele. Papá se emociona y cuando acaba el programa vuelven a llover anécdotas. Muchas ya las conocen de memoria pero lo más emocionante es escucharlas una vez más, pues papá siempre agrega detalles y precisiones. En una improvisada vitrina en el garaje se pueden admirar las medallas, las gorras, los relojes y también los tanquecitos y los aviones fabricados a escala. En las calles los hippies se desnudan y protestan contra Vietnam, a donde tus dos hermanos mayores parten a principios de los setenta.