Colosio o el arte de morir a tiempo (reloded)
Bendito sea el arte de morir a tiempo. Piénsalo bien Luis Donaldo: después de todo no te fue tan mal. Los cuerpos de los mártires no se corroen ni se llenan de gusanos; se mantienen frescos e impolutos en su ataúd de cristal. La historia de lo que pudo haber sido siempre es idílica. La mejor presidencia es aquella que no se ejerció jamás. Al eternizarse en la mitología del sueño truncado y la oportunidad perdida, tu sexenio se convierte en ese idilio de democracia y justicia social que nunca llegó. La sed de los mexicanos habría sido saciada y todo habría sido tan diferente. Preciosa historia; desgarradora nostalgia por lo no ocurrido; mexicanísima nuestra añoranza por aquello que no sucedió ni hubiera sucedido nunca. Es como imaginar que la selección mexicana le habría arrebatado el Mundial 70 a Pelé de no haberse partido la pierna Onofre. Te sucedió como a esos escritores que se suicidan jóvenes e inmortalizan el portento de obra que jamás llegaron a escribir y que acaso no hubieran sido capaces de escribir nunca. La muerte a tiempo opera prodigios. Piénsalo bien Luis Donaldo: la banda tricolor sobre tu pecho habría empezado a pudrir tu memoria desde el momento en que te la colocaras; la misma memoria que permanece inmaculada gracias a la bala de Aburto. ¿Estaríamos en otro lugar si hubieras sido presidente? No lo creo. No habrías encarcelado a Salinas ni evitado el error de diciembre. Es más, puede que ni siquiera hubieras podido ganar la elección y te le habrías adelantado seis años a Labastida como el primer candidato priista derrotado de nuestra historia. Todas las iglesias requieren de su mártir para existir y justificarse; tú ocupas ese puesto desde hace 24 años. Rasgarse las vestiduras ante la tumba del sacrificado es la liturgia que dignifica al credo. Por ello tu figura le viene tan bien a los priistas. Poco importa que entre los funcionarios tricolores que hoy gobiernan México y Tijuana no haya un solo colosisita. En realidad tus verdaderos discípulos han abandonado el PRI hace mucho. ¿Alcanzas a ver el pedazo de mierda que es el partido gobernante? EPN, Manlio, el grupo Atlacomulco y los Hank representan la antítesis total de tu discurso del 6 de marzo, elevado hoy a la categoría de sagrado testamento de tu credo. De verdad Luis Donaldo, no te fue tan mal. Piénsalo: no se puede ejercer el poder sin prostituirse. El solo hecho de estar vivo significa oxidarse lentamente, irse pudriendo y marchitando y tú te salvaste de la inevitable podredumbre. DSB