Eterno Retorno

Monday, March 05, 2018

Alfredo Killer de Coyotes del Neza conduce un cacharro calafiero que abordo afuera de una piojosa universidad en la Zona Este con la esperanza de llegar a tiempo a la clase que imparto en otro plantel. Llevo conmigo un fardo de librajos mastodonte estilo colección Toledo en Banamex y alguna joyiya kafkiana en Acantilado, descendiendo por una escaleras en pendiente de 90 grados, una verticalidad asesina capaz de hacer caer mis libros y hacer me caer a mí delante de un petulante millenial que se regodeaba en su indiferencia mientras yo intentaba levantarme y seguir libre ya del fardo mastodonte, perdido o robado. Buscaba desesperado mi botín perdido pero debía irme y tomar mi calafia. Almafuerte me acompaña a la calle y el camionero Killer irrumpe con su pelambre a lo mullet ochentero. Una horda de barristas de Veracruz exiliados de Chiapas irrumpen en el cacharro y una gorda irreverente con su camiseta de roja tiburona se sienta en mis adoloridas piernas y por momentos siento que mi Lenovo y mis correrías oníricas están tan jodidas como mi cuerpo.