Soy el viajero durmiente, el errabundo de un almohadón sudado, el trotamundos de la zona profunda de la madrugada, el indocumentado que sin pasaporte vuela hacia el final de la noche. Hace unas horas fue Beijing y por herencia me queda una avenida ancha y una caminata alegre. Sé que estuve una semana y que al final del día me aguardaban hangares de bicéfalas aeronaves. El néctar de mis vagancias es la construcción de su posterior relato, las deformes ficciones que brotarán cuando jure y confiese haber desandado tantos mares. Son las sábanas mojadas, son los dientes de la noche.
Sunday, December 31, 2017
<< Home