El tijuanense desafío a lo convencional parte desde el origen mismo de la ciudad: ¿Cuándo nació Tijuana? Lo del 11 de julio de 1889 huele a invento, a pretexto simple, como si a un niño huérfano sin certificado de alumbramiento hubiera que definirle un cumpleaños sólo porque es preciso estar de acuerdo en su edad y poder apagar sus velitas en una fecha específica. Desde el mito de su fundación, Tijuana pinta su raya y marca sus diferencias con las otras ciudades del país.
Pero si la fecha de fundación nos acarrea algunas dudas, no se puede decir que respecto al origen del nombre de nuestra ciudad seamos todo certezas. También en este tema la urbe pinta raya y marca diferencias. Las ciudades españolas eran bautizadas de acuerdo al santoral o bien solían llevar el nombre de la ciudad natal de su fundador o el apellido del rey o virrey que hubiera apadrinado la expedición, si bien en algunos casos solían conservar el nombre indígena. ¿Cuáles son las raíces del nombre Tijuana? ¿Debemos creer en la existencia de la mítica Tía Juana? ¿O le atribuimos la paternidad al dios del Sol de los guaycuras llamado Ticuán o Tiwana? ¿O era Ticuán en realidad el Cerro Colorado, llamado tortuga recostada? ¿Con cuál nombre te identificas más? Lo cierto es que todos nosotros somos Tijuana. Tía Juana, Ticuán, puerta de Latinoamérica, el lugar donde empieza la Patria. Nuestro origen: El trabajo duro y creativo, el desafío topográfico, el espíritu combativo para salir adelante. Ser tijuanense es una condición del alma. Bebimos agua de La Presa y del Pacífico y aquí construimos un destino; nuestro destino. Entre los cerros yacen nuestras pieles y nuestros anhelos. Tijuana como la eterna avalancha de sueños realizados, carnaval de ilusiones y realidades, tornado de almas procedentes de los más improbables rincones que hoy llevan la esencia tijuanense en la sangre. Porque Tijuana se lleva en el alma como un amor y en la piel como un tatuaje. Tijuana sin aristocracias ni abolengos, sin ruinas ni telarañas. Tijuana desafiando las leyes de la historia y de la física. Porque Tijuana está aquí y en todas partes. Porque hay un nuevo universo a la vuelta de cada esquina, una historia fantástica en el cruce de caminos entre lo improbable y lo aleatorio. Hay ciudades que enamoran a primera vista, pero son a menudo urbes de amores fugaces. Tijuana no es de flechazos inmediatos, pero es de enamoramientos duraderos, me atrevería a decir eternos. Vaya, por lo que a mí respecta, sigo perdidamente enamorado de ella.
Sunday, July 12, 2015
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