Amanece. Ya llegan los Idus de Marzo. En las sombras son afilados los cuchillos; tras las columnas acechan los conjurados. De Cayo Julio César (como de tantos personajes, ciudades y culturas de la historia antigua) supe por Astérix. Goscinny y Uderzo llegaron a mi vida mucho antes de saber que en este mundo existe Vida de los césares de Suetonio o Vidas paralelas de Plutarco. Dagas, veneno, cuernos de chivo. Da lo mismo si es el 44 A.C. o el 2014. Inmortal es la conjura y la intriga como inmortal es el insomnio del magnicida la noche antes del crimen. Inmortal también el oráculo desoído. Releo la descripción del magnicidio hecha por Suetonio: “Así recibió 23 heridas, profiriendo sólo un gemido después de la primera, sin pronunciar palabra. Sin embargo, algunos cuentan que, dirigiéndose (en griego) a Marco Bruto que se precipitaba sobre él, le dijo: ¡Tú también hijo mío!”. Es extraño, pero en mi narrativa inconsciente el “Tú también hijo mío” suena como una interrogante irónica, una pregunta acusadora, pero Suetonio utiliza signos de admiración. En mi video mental, los cuchillos brillan bajo las togas mientras se escucha el fenomenal intro The Ides of March que abre el álbum Killers de Iron Maiden. Si aun no lo has escuchado hoy es un buen día para hacerlo.
Saturday, March 15, 2014
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